El cariño germina una flor
que hoy sus vivos pétalos despierta;
de chillón blanco brotan sus anhelos
y el talante es como su belleza:
la vista infectada de tersura.
Cuando pimpollo, flor de común planta,
con uñas pincelaste tu color:
un oscuro que brilla claridad;
y si tanta luz cega a tu fulgor,
entre tanto distingues tu ternura.
Que la vista no limpie transparencia,
que el talante madure su belleza,
que el opaco no brille en sus cultivos,
que mañana no duerma cuando sueña
esta flor que retoña el cariño…
Texto agregado el 20-10-2009, y leído por 134
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