La encontraron muerta en su cama, su rostro transmitía una pena tan grande que con solo verlo uno se transportaba a aquél lugar donde yacen los mas tristes recuerdos. Su rostro aún sostenía la gran tristeza que la había embargado en los últimos meses de su vida. Nadie se podía explicar su muerte, unos decían: ella es la loca que murió de pena, otros decían que padecía de una grave enfermedad que ella prefería mantener en secreto. Pero en realidad, ¿qué le sucedió a Esperanza?
Aunque llevaba un nombre alentador, el aliento y las fuerzas habían decidido ausentarse sin avisar. Ella no era así, en su rostro nunca faltaba una sonrisa y una buena broma para hacer ameno el momento. Con esto no digo que haya sido la mujer más feliz de toda, su vida tuvo problemas y bajoneadas como toda vida. Pero lo que casi nunca le faltaba era chispa, parecía ella tenía la magia para transformar lo trágico en una nada. Digo parecía porque eso era lo que muchos creíamos, se veía en ella un ejemplo de optimismo. Todo transcurría normalmente, pero cada vez a Esperanza se le veía menos. Como todos estábamos en nuestras cosas suponíamos que el trabajo la tenía muy ocupada o que quizá andaba de viaje. Uno de sus vecinos la encontró saliendo de su casa con grandes maletas, ella de un modo muy amable le comentó que se mudaba de ciudad por un tiempo por motivos de trabajo. Además un par d amigos cercanos a ella decían que le iba muy bien en su nuevo trabajo. Aún así yo sentía que algo raro le ocurría. Ella se había mudado de ciudad no por el trabajo sino en busca de emoción en su vida, de un sentido. Y no hablo de un simple cambio de rutina y de esa búsqueda de aventuras que con los años se coleccionarán en ese álbum llamado vid, me refiero a algo mucho más profundo.
Un domingo por la mañana tuvo un sueño muy extraño, que ella no logró entender. Esa mañana, Esperanza se puso a pensar detenidamente en su vida y en lo que quería. Y saben a qué conclusión llegó, a ninguna. Esto le sonará tonto pero es cierto, a sus veinticinco años y con todo lo necesario para correr en esta carrera de locos, sintió que vivía por vivir y que no sabía lo que quería. El optimismo ante la vida y el ingenioso manejo de las dificultades, se convirtieron en indiferencia y en un correr sin sentido. Esperanza llegó a la extraña conclusión de que vivía por vivir, y su aparente optimismo no era más que no querer complicarse y servicio a la vida neutra. Lo cual era totalmente falso, me consta que en ella sí habitaba el optimismo y unas ganas de vivir. Pero su desesperación por no saber que quería de esta vida, la llevaron a deprimirse. Muchos me dirán que es imposible, y que son inventos míos, pero aunque muchos nos me crean esto suele suceder. La desesperación por no encontrar una pronta respuesta a algo que da vueltas y vueltas dentro de uno, te lleva a hacerte cada vez mas preguntas, y a cada vez sentirse más confundido. A tal punto de sentirse perdido en esta vida, sin un rumbo marcado. Sentirse perdida o perdido, creer que mientras muchos otros saben que hacen de su vida, corren esta carrera sabiendo a donde llegar mientras Esperanza sentía que su carrera había consistido en dar y dar vueltas que aunque la mantenían activa, nunca llegaría al punto. Todo esto la hizo deprimirse, cada vez dedicaba mas tiempo a confundirse. Ella no se daba cuenta que sin quere se hacía daño, ella quería recibir una revelación mágica que le diga qué hacer y cómo hacerlo. Algo que realmento nunca pasaría. Pasaron los días y realizo el viaje que hace poco les conté. Dejó la casa de sus padres para vivir sola y empezar a escribir su rumbo, pero ella no supo manejar la soledad y cada día se sentía mas triste. Poco a poco fue perdiendo el apetito, se le fue quitando el sueño y en verdad empezó a perder el sentido de su vida. No tenía ganas de nada, de vez en cuando salía con uno que otro muchacho. Despupes ya no quería saber nada de nadie y encontró en el encierro una comodidad increible. En las amdrugadas lloraba desesperada y por ratos se reía tan fuerte. Sus vecinos empezaron a sospechar que ahí ocurría algo muy extraño. Pasaron unos diez días de esta destructiva rutina, cuando se la encontró muerta en su cama sin ningún rastro que explicara su muerte. Alguién cree saber porqué murió Esperanza...
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