¿Fantasmas?

-Yo no creo en fantasmas!- Fueron las palabras del dueño de casa.

El fantasma lo miro sorprendido, se lo había tropezada en el pasillo por un imprevisto matemático, el hombre debía dormir por aquellas horas pero un dolor de muelas le hizo levantarse a buscar aspirinas.

El fantasma se sentía tan real, que se valía de pruebas físicas para demostrarle su existencia. Le robaba los cigarros, destapaba sus pies en las noches frías, encendía las luces, veía televisión en la madrugada y como buen fantasma hacia todo tipo de ruidos (excepto con cadenas) en los apartamentos modernos era difícil encontrarlas.

Cientos de veces se cruzaron sus caminos, y cientos fueron las veces que El hombre ignoro su presencia.

-Yo no creo en fantasmas! Repetía infinitamente sin querer aceptar las pruebas.

Debido a la terquedad del hombre, se convenció el fantasma de su no-existencia. Preparo la maleta con sus sabanas blancas y se mudo una noche...... un piso mas abajo.
Julillo