Aún recurriendo a los silencios,
el deseo vuelve a someter.
Giro interminable
no se nublan los sentidos
con la esencia.

Laberintos y cornisas
nuevamente
conocen de mis pasos.

Otra vez al límite,
en sensación de soledad.
Anuncio programado,
reconozco que me acecha entre mil sombras,
contrapuesto,
a las luces e instintos incendiarios:
Complejo desenlace
de una historia conocida,
reaparecen los colores.

Perseguidor de latidos y temores.
Búsqueda expectante
de respuestas nuevas
a instancias anteriores.
Entre la piel que duerme
en pausa provocada.
En procura de miradas cómplices
y caricias postergadas.
Vaivén de ilusiones,
intención de soñar
con los ojos abiertos.
Señal inequívoca
de un beso que se alcanza
con la punta de los dedos.

Tiemblo,
en la existencia del afán,
de sumergirme en tus intentos
y saciar
las ansias que creímos olvidadas.
Entre tus formas y las mías,
para romper con el ayer.

Pues las palabras no bastan
para tener el cielo.