Esa mañana de enero,
fuiste mi primer amor.
Me tomaste en tus brazos,
y me diste el calor que necesitaba.
Tus besos y caricias,
me hicieron sentir vivo,
y al escuchar tu voz calma,
ya no le tuve miedo al mundo.
Durante la etapa de mi niñez,
esperaba con ansias tu regreso,
y buscaba en tu bolso el premio,
por haberme portado bien.
En mi adolescencia y juventud,
otras cosas llamaron mi atención,
y a pesar de tenerte cerca,
era yo el que me alejaba.
Hoy que los años pasaron,
que mi pelo se pinto de blanco,
que tu andar se volvió lento y cansino,
quería que sepas que nadie,
podrá ocupar tu lugar en mi.
Y que escribo este poema para decirte,
te quiero, mamá, te quiero.
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