Esperaría tu regreso
respirando en cada verso
el adiós de una campana
el precipitado vuelo
de gorriones y zorzales
la dentellada del murciélago
que hace de su presa
un festín de sangre
cada noche.

Abrazaría al sol
abarcando con mis brazos
las nubes y los cielos
para rasguñar los días
en que la ausencia
trae consigo el recuerdo
de tu rostro siempre hermoso.

Rogaría tu venida
crucificaría mi voz
más allá de lo intangible
desafiando el azar y lo imposible
para señalar tu nombre
a la rosa de los vientos
en demanda de tu amor.

Volver a verte
todo involucra
el hecho de volver a verte
la vida entera desintegrada
disgregada y disuelta
en un soplido, en un gemido
en un suspiro breve.

En ti acaba mi camino
las fuerzas, las ganas
la existencia prestada
en ti acaba mi camino
los andares, mi desvelo
tu risa, mi anhelo.

Mi vida pactaría a muerte
la fecha, el momento y los sentidos
develando incluso
hasta mis más íntimos secretos
todo eso haría y más
cualquier cosa por volverte a ver;
agonizar, extinguirme
por volver a contemplarte
y resumir en un beso sin fin
todo lo que siento por ti.