Tomando un café.
Un día un amigo me dijo, mientras tomábamos un café, que este se debe de tomar “caliente como el infierno, negro como el diablo y puro como un ángel” yo le pregunte.
-¿Y porque no lo tomas así? A lo que me contesto.
- El infierno es muy caliente tu sabes que me gusta el clima frío, el diablo no es a alguien que me gusta quien quisiera ver, y a un ángel jamás le quitaría lo puro sin que me diera su permiso.
Solo le mire con una sonrisa algo sonrojada, seguimos platicando sobre el clima, sobre los grandes acontecimientos ocurridos en el mundo actualmente, sobre lo que nos pasaba y de cómo nos sentíamos, sobre los amigos, la familia y los amores y desamores de nuestra vida, ya saben esas conversaciones que se tienen con un gran amigo de años atrás.
Entre sentimientos y pensamientos, entre risas y miradas tiernas, de un momento a otro él se quedo muy serio, yo me percate inmediatamente de eso, ya que el es muy alegre y vivaz. Le pregunte que le ocurría y me contesto mirándome fijamente y con una lagrima queriendo escapar de sus ojos.
- ¡Quisiera no despertar, pero es momento ya!- yo le tome la mano y le dije.
- No te preocupes, lo se, es momento, pero aquí estaré por la noche, para volver a soñar!
Así es como se pasan las noches de sueños locos de los cuales no queremos despertar, esos momentos que anhelamos pero que jamás ocurrirán.
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