Os voy a contar un secretillo que mi vida atormenta, no es mucho, ni muy importante pero es lo justo para que no duerma.
Cuando era chiquillo e iba a la cama, placidamente me acostaba, hasta los hombros me tapaba y como un tronco roncaba.
Pero un día paso, un día ocurrió lo que hasta mi madurez me persiguió, tranquilo dormía, tranquilo soñaba, cuando de repente el sueño paraba, alguien me toco pensé, pero su mano humana no era, antes de abrir los ojos me lo imagine, y un monstruo gigante se encontraba a mi vera. Era chiquito y mi cuerpo del terror se paro, lleno de fuerza me aventure y abrí los ojos a la de tres,… Que pasa quien era que él ya no estaba, quien fue el grosero que mi oreja tocaba. No se pero por si acaso voy atender porque si vuelve, lo pienso coger.
Así espere día tras día, hasta que decidí que lo dejaría escapar, mas aún no quería que volviera, por ello ahora duermo con la oreja tapada. Sea invierno o verano, 40 o 5 grados mi oreja se mantiene tapada aunque mi cuerpo fuera quedara.
Esto es un secreto no lo vayáis divulgando porque es posible que el monstruo a sus casas vaya a atormentarlos.
|