Tal vez esta sea mi última oportunidad. A pesar de todo, debo reconocer que tuve varias oportunidades y nunca las quise valoras. Renegué de lo malo y lo culpé a Él. Mientras que en los buenos tiempos, me creí superior, así que me cubrí con la capa de la soberbia y vanidad.
Pero, hoy veo por detrás de mi espalda y descubro que hoy, lo único que tengo es un nuevo despertar. Una nueva oportunidad. Hoy sólo quiero ver al cielo y poner lo pies sobre la tierra. Hoy quiero caminar y dejar de volar. Hoy sólo aquí y ahora. Por ello me pregunto en ¿Dónde estaría?, ¿Qué estuviera haciendo, en este momento, si Él no me hubiera elegido?
Seguramente, ahora estaría tomando y me quedaría, nuevamente, dormido en la banqueta. Mendigaría para tener un poco de alcohol en las venas, aunque fuera un té de hojas o una botellita del 96. Posiblemente delinquiría para saciar mi huevo de soledad, con un poco de droga y ansiedad. Tal vez tomaría un frasco de medicina y otro de pastillas para dormir, tomaría una navaja de afeitar y me cortaría las venas, tomaría una corbata y la colocaría en la regadera para dejar de respirar o simplemente me lanzaría al Metro, pero eso sí, antes le lanzaría un par de amenazas y maldiciones, por no quererme escuchar, en mi tiempo y en forma.
Ahora que respiro y veo el sol, descubro lo ciego que estuve ayer. Que por mi egoísmo sólo quise moverme en el vaivén de la desolación, la tristeza y la soledad. Nunca quise ver que los pájaros vuelan sin césar, sin caminar, nunca, hacia atrás.
Muchas veces le pregunté dónde se encontraba, que dónde lo podría encontrar, que por qué no lo podía ver. La respuesta llegó en el justo momento, después de que Él derramó un par de lágrimas sobre mi desierto, cuando comenzó de nuevo a florecer, como el sonido del silencio, para decirme que siempre había estado a mi lado, en el mismo lugar de siempre, donde nunca quise asomarme: En el centro del corazón.
Entonces llegó de nuevo y dio luz y alegría a mi vida. Como una luz que ilumina la oscuridad.
Se instaló de nuevo, después de agradecerle por todo el dolor de mi alma, por todo el sufrimiento, por llegar a un puerto seguro, por haberla conocido, por ser su conducto y ayudar a otro ser humano a escuchar su instinto, mientras me permite escuchar el mío.
También le di gracias por permitirme unir familiar, aunque yo haya desintegrado la mía, por permitirme que alguien encuentre su media naranja, a pesar que yo haya alejado la que me correspondía. Por dejarme ayudar a alguien que estaba encerrado en el laberinto de la adicción, por permitirme tocar una pared, aún, en medio de la oscuridad, por descubrir que mi amor se quedó en su amor y mi piel dentro de su piel. Por darme la oportunidad de ser conducto de la luz universal.
Por ayudarme a arriesgarme y crecer. Por permitirme dudar de todo, incluso de mí, pero a no desconfiar de Él. Por llegar y sanar mi alma, por ponerte en mi camino y ayudarme a levantar, por considerarme Guerrero y hablarme como caballero de la corte celestial.
Pero sobre todo, por escucharme y confiar en mí. Por aceptar su voluntad y dejar la mía a un lado del camino. Po no saber que ocurrirá mañana. Por ser pescado y salvado… sólo por su amor.
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