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Y allí me encontraba, solo en la oscuridad seguía adelante intentando no tropezarme el vértigo y la angustia se hacia mayor, ¿que habría al final de esta oscuridad? Aun así mantenía mi paso firme y buscaba una salida, llevaba ya varios días en esa cueva, y quería saber si en el exterior se habría calmado ya todo.

Era un día por la mañana y desperté como cualquier otro, lleno de energía me dirigí hacia la cocina donde comencé a prepararme mi rutinario desayuno, mi Cola Cao calentito junto a mi tostada con aceite y jamón, era indispensable para poder aguantar el largo día de trabajo. Una vez bien servido fui directo a vestirme, un traje de chaqueta azul fue el elegido, hoy tenia que ir elegante una reunión importante me esperaba. Bien servido y bien vestido me dirigí hacia el coche en mi pensamiento pasaba una y otra vez las palabras que tenia que decir en la reunión, eran unos grandes clientes y era mi gran oportunidad de demostrar que vine a esta ciudad para triunfar.

Poco a poco cuanto mas me acercaba al trabajo los nervios comenzaban a aflorar y el texto en mi cabeza se comenzaba a disipar. Yo me decía, Manuel tranquilízate que son unos hombres normales a los que impresionaras gracias a tu don de gente y tu cordialidad. Pero esto no me servia de nada la angustia y el vértigo me invadían por dentro y cada minuto el momento se acercaba.

Llegue al trabajo como normalmente, saludando y hablando con todos mis compañeros, esta realmente era mi primera exposición en una lengua que no dominaba perfectamente, de ahí me venia el miedo de fastidiarla, pero bueno ya llevaba bastante tiempo en este país extranjero así que esperaba salir de mi reto con la cabeza alta y victorioso.

La reunión era a las 11:30, tiempo hasta el cual tenia pensado seguir estudiando mi presentación, tenia que ser convincente a la par de agradable, es complicado hacer gracias en idiomas diferentes ya que no conoces en demasía su humor, pero bueno se intentaría. Ya eran las 10:45 la hora llegaba los nervio subían, mi café en la mano temblaba, en su interior un maremoto ocurría. Los invitados llegaron, eran cuatro tres hombre y una mujer, oye la mujer es bastante guapa pensé, pero no debo distraerme, mi discurso esta en mi cabeza inscrito no hay duda no fallare lo tengo todo a favor, y los clientes parecen bastante agradables y comprensivos.

Entonces comenzó la acción los dirigí hacia la sala de reuniones, mientras iba hablando con ellos por dentro se me repetía una y otra vez las palabras del comienzo de mi discurso, lo tenia claro me lo sabia bien pero cualquier mínimo fallo, me desconcentraría todo el rato.

Ya estábamos en la sala, ante nosotros la mesa de reuniones, una gran mesa de madera de roble oscura en forma de elipse en uno de sus esquinas se encontraba la pantalla donde yo comenzaría a exponer junto a las imágenes con las que quería distraer su atención para que no se fijaran tanto en mi mal acento de su lengua madre.
Bueno, era el momento ya acomodados y prestando atención, me decidí a empezar mi actuación, poco a poco empecé y parecía que me iba bien las palabras me salían sin tener que pensar, con el paso del tiempo y el transcurso del discurso en mi cara se dibujaba una sonrisa mayor.

Los cuatro invitados parecían entusiasmados, les atraían mis ideas y el como las explicaba, pero ahora venia la parte complicada donde yo solía perderme, que haría si no me encontraba y las sonrisas de mis invitados en ceños fruncidos se tornaban, no debía pensarlo porque eso me distraería así que mantuve mi mente tranquila. Todo iba perfecto, hasta que derepente mi mente se quedo en blanco, los segundos se convirtieron en minutos, los minutos en horas y las horas en días. Todo se oscureció y no veía salida, estaba en una cueva donde no había salida. Piensa me dije, no debe ser tan difícil, lo tienes en tu mente de ahí no ha salido, con paso firme seguí hablando, pero sus rostros habían cambiado, la salida de esa cueva estaba lejana pero si me mantenía erguido tendría salida. La luz en forma de mujer se torno mi amiga María me ayudo y en la cueva solo no estaba de la mano los dos salimos y un nuevo contrato conseguimos.

Texto agregado el 14-10-2009, y leído por 285 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
16-10-2009 La idea es buena y logras trasmitir la angustia. El lector entra en el compromiso tuyo y eso es excelente para un narrador. Te felicito. peco
16-10-2009 Me gusta como lo planteas todo.Te expresas bien,de manera fluída y entretienes tanto como también contagias tus nervios. Imaginaba que se podía provocar un bloqueo,debido a la ansiedad de que todo saliera bien. En verdad es como estar en una cueva,cuando nuestra mente se vuelve en negro,pero lo importante es que saliste adelante******** Un saludo Victoria 6236013
15-10-2009 M encantò, què bien escribe lmarianela
14-10-2009 hasta yo me puse nerviosa :P... bien! abita
14-10-2009 Qué bueno... me gusto como se cruzan las historias. cpimecuentos
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