Se repitió a si mismo que no debía ser nada. No, que va… a cualquiera le pasa, estaba cansado de caminar tanto, últimamente había habido mucho polvo, el universo ya no estaba tan limpio como antes, cuando menos lo pensó toda su zona estaba llena de polvo de estrellas, no podía más que estornudar todo el día.

¿Y los dolores? – Preguntaban sus hermanos – No hay cola de cometa ni polvo de estrellas que te haga quejarte así.

Después de mucha insistencia el enorme ser intergaláctico camino unas cuantas lunas hasta llegar con el curandero. Él sobo su piel y revolvió todos los planetas que estaban en el interior del gigante. Al finalizar, su expresión le dijo al consternado paciente que algo iba realmente mal.

¿Es muy grave? – pregunto el gigante-

Peor de lo que pensé – dijo el doctor- parece que son humanos, si no logra eliminarlos de su sistema interno terminaran destruyendo todos sus planetas.