“Aprender
que nada termina si antes no termina dentro de mí
que el sol no se pone sin regreso, si en tu corazón estalla el alba
aprender que la esperanza es mentira si no hay cada día
el esfuerzo por un nuevo mañana
aprender a querer la vida, cuando la vida hace daño”.
LLuis Llach (Aprendre)
(http://www.youtube.com/watch?v=R50M0amJwY4)
No seamos tan duros, tan duras…
Dejemos correr las lágrimas que nos amargan por dentro,
Conmovámonos con la penuria, y con la belleza.
Dejemos espacio y tiempo a la ternura,
No seamos tan duros, tan duras…
Sepamos ponernos en la piel del otro, que no soy yo.
Notemos el frío de la calle, desde el abrigo de nuestros hogares.
Pensemos que eso nos hace grandes, o al menos humanos, creíbles.
Lloremos si hace falta, ¿a quien no le duele el alma a veces,
qué miedo nos hace ocultar lo que sentimos,
mostrarnos como somos, con tranquilidad?
Dejemos espacio y tiempo a la ternura.
No seamos tan duros, tan duras…
No usemos máscaras de hielo, almas de hiel.
Hablemos desde el alma, con el corazón por delante.
Seamos amables, démonos tiempo y cariño.
Nada dura una vida, solo la muerte la vence.
Emocionémonos ante una puesta de sol,
o un amanecer, ante una sonrisa, un te quiero.
Dejemos espacio y tiempo a la ternura.
Seamos tiernos, tiernas…
personas amables, cariñosas, seguramente queridas.
Dejemos espacio y tiempo a la ternura.
Dejemos que corra esa lágrima…
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