Capitulo 11
La siguiente parada en la gira fue Birmingham, así es que por algunos días volvimos a casa.
- Dios, nada mejor que la cama de uno- dije entrando y arrojando lejos la mochila
- Esta noche es la tocata en el Runner- dijo Nick- Así es que tenemos ensayo
- ¡¿Hoy?!- dije sorprendida
- No hay descanso para el músico- dijo John
- ¿Han leído los reviews en la prensa? el 90 por ciento cree que ustedes son LA banda de Inglaterra en los próximos años.
- ¡Naaah!- dijo John- No puede ser
- Acá tengo un par de diarios, pueden leer- les dije mientras les pasaba la prensa de Londres
En ese momento sonó el teléfono.
- Yo voy- les dije riéndome mientras ponían cara de sorpresa- Prepárense para el ensayo
Sólo bastaron unos minutos para que mi vida cambiara de golpe, al otro lado de la línea estaba la madre de Yas. Cuando volví donde los chicos sólo intentaba detener las lágrimas, sin embargo, Nick se dio cuenta en el acto que algo no andaba bien y yo caí en sus brazos llorando descontroladamente.
- ¡Kits! ¡¿Qué pasó?! ¿Quién era?- dijo Nick pálido, creo que jamás me había visto así.
- Era la señora Carter- dije con la voz quebrada tratando de respirar
- ¿Qué pasó?- dijo John al ver que mis ojos se llenaban de lágrimas otra vez.
- Es Yas, tuvo un accidente anoche, chocaron su auto...- No pude seguir y volví a hundirme en los brazos de Nick. Simplemente no pude seguir hablando
- ¿Está bien?- dijo John- ¿Qué pasó en el accidente?
- No, no está bien... ella... ella murió, John- le dije tomando aire intentando controlarme nuevamente.
- Oh, mi Dios- dijo él sentándose mientras Nick me apretaba fuerte- ¿Lo sabe Roger?
- No sé, no sé- dije entre sollozos
- Vamos, ven, siéntate- dijo Nick tratando de calmarme y calmarse, ya que también estaba a punto de llorar. Hacía sólo tres o cuatro días que la habíamos visto en Londres.
Ya sentada en una silla y con un vaso con agua con azúcar que me trajo Nick pude seguir contando lo que la madre de Yas me dijo.
- A Yas la entierran mañana acá en Birmingham, el funeral será en la mañana.
- Tal vez deberíamos suspender la tocata de hoy- dijo John pálido
- ¡NO!- dije casi gritando- Tiene que hacer esta tocata hoy, tiene que hacerla en su memoria.
- Kits tiene razón. Dijo Nick- y tenemos que decirle a Roger.
- Oh, Dios, no sé cómo demonios se va a tomar esto... Y ahora que habían vuelto a ser amigos- dije desesperada
- Yo hablaré con él- dijo Nick al tiempo que me hacía tomar un trago largo de agua con azúcar- De hecho lo voy a llamar ahora mismo.
Cuando Nick se fue, John vino a abrazarme con fuerza, sabía que necesitaba algo más que palabras, pero nada de lo que hiciera alejaría la pena de haber perdido a una amiga como Yas.
Sin embargo, John me habló suave y tiernamente.
- Ahora es mi turno de consolarte a ti, Kitsu- me dijo, al punto que no aguanté más y lloré con todas mis fuerzas- Está bien, está bien, deja que la pena salga.
John se quedó conmigo hasta que no hubo más lágrimas que llorar. En ese momento me ayudó a pararme para llevarme a la pieza a descansar un rato en la cama. Se quedó conmigo hasta que me dormí durante un rato, sólo para soñar que era mentira y que nada había pasado.
- Te quedarás acá hoy- me dijo mi primo cuando desperté, una hora después
- No- le dije sintiendo mis ojos hinchados ya- Quiero estar en la tocata de esta noche, se lo debo- le dije casi enojada
- Ya, ya, está bien- me dijo convencido que no podría convencerme- Pero te voy a estar mirando.
En ese momento llegó Nick que aparentemente había decidido decirle Roger personalmente la noticia.
- Se lo tomó de la mejor manera que pudo y está de acuerdo con que la tocata de hoy sea para ella. "Es la mejor manera que tenemos de decirle adiós", me dijo...
- Bien- dijo John- El show debe continuar
- El show debe continuar- dijimos Nick y yo.
- ¿Estás bien?- me dijo Nick con un beso en la mejilla
- Lo mejor que puedo- le dije
En ese momento sentí que algo entre nosotros se quebró. Pero ninguno de nosotros dijo nada al respecto.
Esa noche la tocata fue hermosa por decirlo menos. Tocaron las canciones mejor que en Londres todavía e incluso tocaron Save a Prayer til the Morning After, aún cuando todavía no estaba pulida. Fue la primera vez que la tocaron en público y en mi opinión, cuando más hermosa salió.
- Esto es por nuestra amiga, Yasmin Carter, quien falleció el día de ayer- dijo Simon mientras los primeros acordes del teclado se escuchaban.
Durante esa canción, no pude ocultar mis lágrimas. La música llenó todo el club y la gente se sintió tocada por este grupo de chicos que se despedía así de su amiga. Fue la mejor manera que los Duran tuvieron de decirle adiós.
***
Al día siguiente, el cielo amaneció cargado de nubes de lluvia. Como si Birmingham también llorara la pérdida de Yasmin. Todos salimos de la casa vestidos de negro y cargando paraguas. Ninguno de nosotros dijo una palabra mientras caminábamos a la iglesia. Nick y yo íbamos de la mano, pero sintiendo que no había comunicación, cada uno pendiente de sus propios pensamientos ausentes de todo, excepto de nuestros recuerdos.
Durante el funeral y luego el entierro en el cementerio, la lluvia no dejaba de caer. Casi como un cliché de una mala película, ahí estábamos todos de negro y con la lluvia mojándonos a destajo. Miré a mí alrededor sólo para ver a Roger cubierto por el agua como si ellas lograran encubrir el camino que dejaban sus lágrimas.
Todos sabíamos que aún la amaba. Nunca nadie entendió por qué no siguieron juntos hasta el final. Sin embargo nadie le dijo eso a Roger, ya que se decía que nunca se perdonó no haber acompañado a Yas esa noche a su casa.
- Tal vez si hubiera ido conmigo, no se habría ido con ese ebrio de Eddie- dijo una vez mientras tomábamos en un pub- Tal vez nunca le habría pasado nada.
Me pregunto si después de todos estos años seguirá pensando en ello. Tiendo a creer que sí, ya que después de que Yasmin se fue, Roger se volvió tímido y taciturno. Nunca más fue ese chico punk que conocí, ese chico se fue con Yas.
Ese día y con las fuerzas que le quedaban, leyó un poema de W. H. Auden que hasta el día de hoy recuerdo. Vivo reflejo de lo que Roger aún sentía por ella.
- Este poema se llama Funeral Blues- comenzó con las voz temblorosa- no sabía qué más decirle a ella y estoy seguro que mis palabras no alcanzarían a rendirle justo homenaje, así es que lo dejé en manos del corazón:
Parad todos los relojes, cortad los teléfonos,
impedid, con un jugoso hueso, que el perro ladre,
callad los pianos y, con un apagado tamborileo,
mostrad el ataúd, dejad que las plañideras se acerquen.
Que los aviones hagan círculos, gimoteando, sobre nosotros,
garabateando por el cielo el mensaje: ha muerto,
poned crespones en los cuellos blancos de las palomas,
dejad que los guardias de tráfico porten guantes de algodón negros.
Fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi amanecer, mi medianoche, mi voz, mi canción;
pensaba que el amor duraría siempre: estaba equivocado.
No se desean ahora estrellas: apagadlas una a una;
olvidaos de la luna y desmantelad el sol;
lejos verted el océano y barred el bosque.
Pues ahora de ninguna manera pueden traer nada bueno.
Sé que el poema original fue dedicado a un hombre, pero Roger cuidó mucho de omitirlo para que calzara con lo que su propio corazón decía. Bello gesto que muchos recuerdan hasta el día de hoy.
Nick y yo, seguimos tomados de la mano durante toda la ceremonia, pero sin querer sentirnos el uno al otro. Era tan fuerte el dolor que sentíamos al perder una amiga como Yas que eso nos volvió insensibles el uno del otro. Cómo si de pronto un muro se hubiera instalado entre nosotros. En ese momento no lo vi, no e di cuenta, pero el día del funeral de Yas fue cuando Nick y yo finalmente nos perdimos el uno del otro. La cuenta regresiva había empezado ese día. Sin embargo, lo negamos durante meses.
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