Declaración
Hasta a los buenos enemigos se les rinde
homenaje con dichos, dichos y dichos…
Declaración
Lo dicho, dicho; si no, qué gacho!
Llegó con su misiva bajo el brazo. Estaba eufórico. Era algo fuera de lo común. Una chispa de ingenio que merece un trato especial. Iba dirijida a una mujer…
“¡Mi amor!:
“Como dicen que pecado que no es dicho no es perdonado y, el que es maje ni de Dios goza, he decidido declararte mi amor.
“Lo hago ahora porque, el que temprano se moja, tiempo tiene de secarse, el que madruga Dios lo ayuda y, últimamente, al mal paso hay que darle prisa. Recordaremos: santo que no es visto, no es venerado.
“Cariño, en este momento estoy a Dios rogando y con el mazo dando, porque a la oportunidad la pintan calva y el que no llora no mama.
“Tú sabes que en cosas del amor, el pez grande se come al chico, que más vale pájaro en mano que ciento volando y más vale una colorada que cien descoloridas.
“Además, quiero decirte que zorra que no camina no come gallina y que lo que se ha de pelar que se vaya remojando. Por eso me dije: no te arrugues cuero viejo que te quiero pa’ tambor y… ora es cuando chile verde, le has de dar sabor al caldo.
“Ya sé bien que te han contado algunas cosillas de mí, pero a palabras necias oídos sordos y al qué dirán, corazones no tendrán. Además, no soy monedita de oro pa’ caerles bien a todos. Nadie puede ver ojos bonitos en cara ajena y la suerte de los feos, los bonitos la desean.
“También sé que te han dicho: ese mariachi no tiene ni en qué caerse muerto; no tiene ni pa’ comprarte el traje de novia. Pero bien sabes que en esta vida hasta el más chimuelo masca chicle y hasta el más pelón se hace trenzas.
“Y me aconsejan: si no compras, no maguyes.
Con todo, sé que el que no arriesga no cruza el río, que el que nace para meceta no pasa del corredor y que árbol que nace torcido jamás su tronco endereza, que el que nace pa’ tamal del cielo le caen las hojas y el que es barrigón, aunque lo fajen de chico, el que nace para buey del cielo le caen los cuernos.
“Yo me aviento como el Borras, total a ver de qué cuero salen más correas. Al fin, de lo perdido, lo que aparezca. Algo es algo, dijo el Diablo. Ya saben que soy pobre, pero querendón y de los dos que se quieren bien, con uno que coma basta, aunque sea pan duro, pero seguro.
“Y si se me pone al tiro ese quien tú ya sabes, le diré que agua que no has de beber, pues déjala correr, porque se me hace, se me figura que es como el palo blanco; ni enverdece, ni madura, nomás embromando el campo. Ni pincha ni cacha, ni deja batear. O es de tu rodada y debe saber que en esta vida cada oveja con su pareja.
“Si escribo esta carta es pa’que no digas que en casa del herrero, azadón de palo. Lo mismo te podría decir de frente, cara a cara; nacimos encuerados y no le tenemos miedo al frío. ¡Ay ojitos, pajaritos! ¡Ay ojotes, tecolotes!
“Eso sí, te recuerdo que quien a dos amos sirve, con alguno queda mal, no vaya a pasar lo que al perro de tía Cleta…
“No pierdo las esperanzas de que algún día pongamos los zapatos abajo de la misma cama. Sólo que la mar se seque no me bañaré en sus olas.
“Espero verte pronto. Aunque yo soy gallo donde quiera, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Te necesito. No me vaya a suceder como aquel dicho: amor de lejos…”
Apasionadamente
Yo
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