Misantropía


¿Estas lista para ir?-le dijo brevemente tratando fingir que no temía.
Ella le tocaba el cabello suavemente .Sabia que necesitaba seguridad.

Aquel hombre un día había elegido casarse y compartir la vida con ella.
Asumió, la amaba.
Un día no tuvo más alternativa, la siguió.

El recelo que ella siente por la gente la llevo a vivir al más alto cerro
Entre pinos, aromos, flores, majadas…

El nunca permitió que lo hiciera sola.
Ya estaban unidos para toda la vida.
La casa pequeña, el amparo que no necesita guardianes por las noches,
Nadie sabía que podría existir humanidad en esos cerros.

-Tú lo sabes, ya te lo dije, quiero hacerlo-respondió ella enroscando el flequillo de el.

Reconocer que ella odiaba tener contacto socialmente con las personas no fue impedimento para el acercarse a ella .Pareciera que unas manos gigantescas de imanes los había juntado, soldado.
Ella no le costo nada retener el nombre de el.
El sabía que ella tenía trabas, no se dejo espantarse.

-Amor, dime que ya no lo sientes, ¡que no quieres cruzar esa puerta!-le contesto el.

Noches ardientes y otras veces de llanto pertenecían a el.
La quería como fuese pero verla llorar por el contacto con otros era inaguantable para el.
Nunca le sugirió nada .Ella una noche le pregunto si el la seguiría.
El no dudo en contestar un si.

-Vamos, amárrate de mi mano, esta noche cenaremos borrachos de la risa con todos los de allá.-Estirando su mano, ella le contrarío.

El mirando desde la puerta las luces del inconmovible puente casi advirtió lo que sucedería.

¡Lista!-dijo ella sin titubear.

El se cobijo en la suavidad de la cintura de ella.

¡Por favor no vayamos!-gritaba el ahogadamente.

¿Acaso temes por mi?-contesto ella.

No, temo de mí.-afirmo el.

…

Nota aparte:
-¿Nunca soñaste en vivir aislado(a), con alguien más?
Te recuerdo…
Elige al azar todos(as) son iguales.