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A CAMBIO DE QUE



“Ojala que ahora venga la lluvia y lave toda esta suciedad” pensó JOAQUÍN con ojos dormidos mirando la sala de estar, tan joven y tan viejo, quejoso, ciego por la luz del día avanzada, estaba sordo de tanto ruido que venia de la calle, acalambrado de dormir con el vaso en las manos. Vive con lo poco que le quedo de los buenos tiempos, ya casi nadie viene a salvarlo del mal aliento que tiene día y noche.

Después de trabar todas las puertas, vuelve a recostarse, perturbado por no acordarse como termino la noche y lo único que recordaba era la misma sensación de vacío de siempre antes de dormirse… borracho
Sus pantalones claros, arrugados y con la típica suciedad de haberlos usado días y días sin lavarlos, eran como si mantuvieran el invierno que siente por dentro siempre.

Solo algo tiene claro, odia su existencia tanto como a la cama que lo recibe fría todas las noches y a las manos que todas las noches lo seducen… y nunca las recuerda al despertar pero regresan enseguida del primer trago de vino del día.
A veces pasa horas esperando que alguien venga y lo llame y ayude con su enojo, echa un vistazo a sus dedos y nervioso se da cuenta de que todo lo que pasa en la vida queda marcado en las manos, como esa noche en que vio nacer al ser que mas quiere, del vientre de la mujer que mas odia y después el segundo, y mas tarde el envión hacia abajo.
No esta acostumbrado a entenderse con nadie sin lastimarlo y después lamerle las heridas, lo hace para querer y que lo quieran, sin embargo día a día el caos sigue atacándolo, desde la calle le llega el sonido de miles de pies corriendo en el asfalto casi pegajoso por el calor, se asoma a la ventana cosa que nunca hacia y para su asombro ve a cientos de personas manejando esas antiguas bicicletas con la rueda delantera gigantesca y la trasera mas chica inclusive su conductor vestido de época, con galera chaleco apretado y saco de cola larga, instantáneamente aquella visión le produjo un poco de vergüenza y hasta el día de su muerte nunca entendió porque.

Se dio vuelta y encaro para el living pensativo y dudando del vino que estaba servido de la noche anterior en la mesa que desbordaba de libros, ceniceros repletos de colillas y vasos con manchas de otros vinos y otros momentos.
La casa esta igual que la mesa, a media luz por culpa de unas cortinas exageradamente gruesas y de un color verdoso oscuro de tantas manchas, que dan la sensación de ser de pana.
Antes de caer en el sofá miro el teléfono, y pensó en su amigo de toda la vida LUIS ALBERTO un personaje bastante raro, delicadamente lúcido, tenia una especie de don para dar lectura de las cosas sencillas y complejas de la vida demasiado practica , a Joaquín le molestaba sus enfoques y opiniones porque generalmente terminaban seduciendo y hasta convenciendo a todos los que lo escuchaban, en el fondo presentía que ese discernimiento era en realidad un peso ,que no tenia otra opción que ir por la vida a cada momento agitándola con los demás para poder disimular su propia dejadez.
Como en las películas de suspenso mientras miraba el teléfono sonó… y era Luís.
Su voz sonaba apagada, mal, eso lo asustó, necesito que me ayudes le dijo Luís al teléfono podes venir a casa… y se cortó la comunicación.
Si había algo que aborrecía Joaquín era puntualmente lo que acababa de hacerle,
Que alguien lo saque de su ritmo que de por si no es muy normal… pero a el le sienta bien saber que no es normal.
Totalmente irritado y al mismo tiempo el alcohol de la noche le actuaba como combustible para estallar, suenan unos golpes suaves en la puerta que no coincidían ni con el estado de exaltación de Luis ni con el tiempo que había pasado desde la llamada, pensó al ir a abrirla que desde que había quebrado económicamente esa puerta sonaba solo con los golpes de las prostitutas.
Mas extrañado quedo cuando vio que en el toldito debajo de su puerta estaba Luis. Perfectamente vestido con un traje de lino color cremita, camiseta de vestir marrón clarito, zapatos de calidad al tono un perfume dulce a flores pero bien masculino(se pregunto Joaquín como podía oler a hombre con perfume de flores)
Se quedo mirándolo tratando de descifrar esa mueca burlona que traía en toda su cara. Luis sin decir nada y sin pedir permiso paso y se paro en medio del living con las manos apoyadas en la cintura volteó y mirando todo… habló.
Joaquín nunca recordó lo que dijo, cada día en su celda repasa una y otra vez cada momento y no puede acordarse que cosa había dicho Luis que había tocado esa fibra tan delicada en su esencia, que lo había llevado a provocar tamaña desdicha.

Ese día Luis estaba ansioso de llegar a lo de Joaquín para informarle el comienzo de su nueva vida, habían estado juntos la noche anterior compartiendo alcoholes tabacos y yerbas,
Hasta casi el amanecer que fue cuando por la borrachera decidió irse a su casa, cosa que extraño a Joaquín porque siempre prefería dormir la resaca en su casa ya que no le gustaba andar solo en la calle cuando estaba borracho o narcotizado.
Pero bien dicen, que la suerte cuando esta en tu contra es como una mujer desesperada.

Me cuesta creer,¿que pasó? se repetía Joaquín una y otra vez, mañana va ser un buen día se consolaba mirándose la manos como siempre, pero hace un tiempo que se las ve manchadas.
Ya no hay dolor en su alma solo su conciencia no lo deja pensar o recordar porqué esta preso. Que le había hecho a la única persona que lo quería, en realidad sabia los hechos por lo que le relataron los oficiales que lo capturaron, pero a el le parecía una historia ajena, algo le decía que tenia que buscar dentro de el la verdad.
Soñando una noche Luis le dijo …ya no espero nada de vos se lo decía sin rencor con calma ,no sufras por nada… llora pero solo si queres se acerca la noche Joaquín se acerca…
¡No puedo pensar! le gritaba Joaquín mientras la imagen de Luis se esfumaba con el sol que entraba por la ventana de su celda que lo despertaba todos los días, ni uno solo dia era diferente.
Aceptó su destino a esa altura como su merecido castigo diario, su purgatorio pero se le acababa su mundo y no estaba seguro de la legitimidad de lo que estaba viviendo.
Ya estoy decidido a terminar con mis días, eso pensaba los días que Luis no se iba en todo el tiempo y se sentía con el demonio en el cuerpo, otra cosa que odiaba hacer era mentirse y ahí no tenia otra alternativa, después de esos triunfos y fracasos, esos jardines de los sentimientos que vivió, solo quería que cuando le llegara la hora pudiera decir …acepto lo que fui.

paulgadea

Texto agregado el 10-10-2009, y leído por 218 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
10-10-2009 5*! _Murov
 
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