Valparaíso, o El Mito
i Cuándo nació el Mito de Valparaíso ? Para contestar a esta pregunta, primero tenemos que mirar hacia el pasado, es decir hasta hacia aquel lejano día de 1536, cuando Don Juan de Saavedra
( uno de los capitanes de Diego de Almagro ) descubrió aquella bahía escondida detrás de unos cerros que bordeaban el mar Pacífico. Cuenta la historia que el capitán miró boquiabierto el panorama que se extendía ante sus ojos, entonces hincándose en el suelo exclamó : te bautizo « Valle del Paraíso ».
¿ Por qué Valle cuando se habla de un puerto ? Seguramente Don Juan de Saavedra había Ilegado hasta el mar pasando por valles y quebradas. Había atravesado, sin duda alguna, los valles de Limache y Villa Alemana, subido a caballo las cuestas de Quilpué, había pasado galopando por entre los raulíes y los arrayanes y bebido en las vertientes de Quillota o de Belloto y a lo mejor hasta había acampado por el lado de Olmué, justo al pie del Cerro La Campana. Pero eso la historia no lo cuenta, porque nadie lo sabe. Entonces es de imaginar que cuando Don Juan de Saavedra divisó por fin el mar, recordando todas las caminatas, sin contar lo de subir y bajar, no encontró más remedio que tirarse de rodillas y ponerle nombre a ese conglomerado de cerros, de valles y de quebradas que terminaban bañándose en las olas. Y fue así como empezó la historia...
Si miramos un mapa de Chile veremos que este puerto se sitúa en el paralelo 33 y los que conocen las influencias de los paralelos sobre las regiones que los circundan comprenderán que su clima es "templado", los franceses dirían en su bello idioma "il fait très doux". En invierno el termómetro no baja a menos de 12 ° y en verano no sube hasta más de 30 °. Temperatura ideal, y quien dice temperatura ideal, también dice ciudad ideal.
Algunos preguntarán : pero entonces, por qué se habla de temporales, de lluvias torrenciales, de terremotos que arrasan con todo y de incendios dignos de un sabio pirotécnico ? Yo les contesto : porque esta estrecha faja de tierra que es Chile, es un fenómeno de la naturaleza. Hay de todo y todo ocurre...cuando uno menos se lo espera. La tierra tiembla y según la magnitud del temblor o se continúa a sus quehaceres...o se sale corriendo. El temporal azota los árboles, masacra las escaleras, desnuda las fachadas de las casas, bueno....hay que volver a sembrar y a pintarlo todo. Las lluvias torrenciales arrasan con las casuchas miserables colgadas allá en la cúspide de los cerros...y hay que volver a fabricarse una casa con paredes de tablas y techo de calamina. Pasado el instante del intenso pavor, se vuelve a empezar. El habitante de Valparaíso es así, está acostumbrado a "ponerle el hombro" al destino. Pero esto no es algo que sea determinantemente individual al porteño solo*, sino que es uno de los tantos rasgos del chileno: cuando todo se acaba...se vuelve a empezar, sin quejas y sin lágrimas.
Otros preguntarán ;- ¿ y por qué habló de incendios ? - Cierto es que el fenómeno del incendio es algo muy porteño. Todo está en calma y de repente la bocina de los bomberos lanza su grito desgarrador. De puerta en puerta, de ventana a ventana, de una esquina a otra corre el nombre de la calle, la posición de la casa o del negocio y hasta el nombre de los que allí habitan...o habitaban.
El humo negro que reemplaza las llamas y el murmullo de la muchedumbre que se ha agolpado algunas calles más abajo (o más arriba ), para disfrutar del espectáculo, transforman aquellos instantes en una visión caótica y feliniana. Pasa el ángel de la muerte soplando sobre nuestras cabezas. Luego de apagado el incendio la muchedumbre se desparrama, se acabó el espectáculo ¡ que lástima ! en el fondo de cada porteño hay un pirómano que dormita. Los indios que vivían allí, cuando Ilegó Don Juan de Saavedra, llamaban a ese lugar Aliamapa, « país quemado ».
¡ Huelgan las explicaciones !
*Se denomina porteño en general, a los habitantes de los puertos, y no solamente a los habitantes de Buenos Aires, eso lo tenemos bien claro en Valparaíso. |