Era una de esas tardes grises, aburridas, y decidí salir a caminar. Los chicos ya hacen su vida sin pedir permiso. German, mi marido, está de viaje. Tal vez ese mismo aburrimiento me llevo a hacer semejante locura. Locura que disfrute como nunca. Yo se que cuando se enteren no lo van a poder creer. Mis padres invirtieron una suma bastante importante en mi educación, su fin convertirme en una burguesa sin ningún tipo de problemas. Y asi , paso mi vida, sin ningun tipo de problemas.
Salí a caminar buscando algo que nunca tuve. Decidí dejar el auto y usar el colectivo, Cuanto hacia que no viajaba en uno? Ya ni me acuerdo.
La verdad es que no se porque calles me perdí, pero todo empezó cuando baje. Empezaba a hacer calor, y me sumergí en un pasaje mal oliente. La tarde gris se convirtió en acero pesado. Seguí caminando. Mi vida pasaba como una película. El casamiento y el nacimiento de mis hijos. Vivi para ser una ama de casa perfecta. Si mi madre era feliz, y papá ni que hablar de lo bien que había ubicado a su hija. Todo paso rapido. Hasta que en un hotel de pasajeros, lo ví a ese hombre rústico, jamás me hubiera detenido en el. Pero esa tarde, me tento. No se porque, le lance una mirada, después una sonrisa. Su respuesta fué la guarangada más asquerosa que escuche. Seguí caminando y cuando llegue a la esquina, lo vi atrás mio. -No te das por vencido....... fueron las unicas palabras que dije. No escuche nunca lo que me dijo. La película paso tán rápido que cuando quise pararla me estaba revolcando con él , en su cama. Sabanas sucias, restos de comida en platos abandonados en una mesa de la habitación. Me preguntarán si la pase bien, si lo volví a ver. NOOOOOOOO. !!!!! . Descubrí que mi diversión consiste en caminar en tardes grises en una Buenos Aires que te come y te devora. Ahora, despúes que terminó mis clases de tenis y mis obligaciones de ama de casa perfecta me dedico a caminar, caminar