Deslizándose sobre el asiento de cuero rojo
De un charre interminable y majestuoso,
Se paseaba un deseo de apariencia oscura,
Que convirtiendo los quebrados apetitos
De unos pasajeros de poco pudor,
Y mucha, y frenética falta de generosidad,
Se adornaban las galas llenas de falacias.
Aguadulce, octubre de 2009
José María de Benito
Texto agregado el 09-10-2009, y leído por 120
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