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Inicio / Cuenteros Locales / Sofiama / INOCENCIA Y RENZO EL PIRATA

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Todas las edificaciones importantes de nuestro barrio estaban situadas cerca del puerto, y nuestra universidad, que para ese entonces era muy pequeña, constituía una de esas obras importantes del sitio. Un día, estando en clases, vimos cuando un barco gigantesco de color blanco y azul arribó a nuestro lago; tenía un nombre pintado con letras verdes que se leía desde la distancia: “El Pirata”. Había bastante viento y desde nuestra Facultad observábamos cómo la nave garreaba, lo cual indicaba que había perdido su ancla por la acción del fuerte viento y de la corriente.

Era casi la hora de salida de clase y cuando ésta llegó a su fin, corrimos hasta el muelle atraídos por aquel inmenso buque que batallaba buscando el equilibrio. Finalmente, la embarcación se alejó un poco más de donde intentaba anclar y, afortunadamente, parece que el capitán del barco eligió el tendero apropiado para fondearlo ya que éste, aunque el viento y la corriente le eran adversos, comenzó a bornear.

Del inmenso barco comenzó a bajar la tripulación, y varias lanchas pequeñas que se encontraban en el lago, la trasportaba a la playa. Todos los presentes veíamos salir a unos hombres grandotes y preciosos. Aquello era un espectáculo muy recreativo para nosotras, muchachas todas jóvenes y soñadoras. La tripulación terminó de desembarcar, y nos marchamos.

Por las tardes, como era nuestra costumbre desde que crecimos, caminábamos por la orilla de nuestro lago y veíamos, de vez en cuando, a los hombres que habían venido en el buque. Supimos que éste provenía de Europa, pero que su tripulación la conformaba personas de diferentes nacionalidades. Hablábamos frecuentemente con algunos miembros de la tripulación, y se fue haciendo como una especie de relación un poco cercana entre ellos y nosotras. El barco permaneció en nuestro puerto dos meses. Durante ese tiempo, Inocencia se hizo muy amiga de uno de los jóvenes de la tripulación cuyo nombre era Renzo. Como Inocencia siempre manifestó su deseo de ser raptada por un pirata y Renzo había llegado en un barco que se llamaba “El Pirata”, terminamos bautizando al hombre como “Renzo el Pirata”; y así, lo llamábamos. Él, por su parte, sonreía ante nuestra ocurrencia y no le molestaba ser apodado de esa forma.

Cuando el buque zarpó, todas entristecimos, pero observamos melancolía en los ojos de Inocencia cuando se despidió de Renzo. Ella no comentó nada en ese momento, ni nosotras tampoco. Al día siguiente de haber partido el barco, nos sentamos a la orilla del lago a hablar de los hombres que se habían ido. Inocencia nos contó que Renzo le había dicho que volvería. En ese entonces, ya no éramos tan crédulos como cuando se es niño y adolescente, y cuando Inocencia nos informó que Renzo le había prometido que volvería, ni ella ni nosotras lo creíamos posible porque ya nuestras almas eran más selectivas y dudamos de la palabra de Renzo.

Afortunadamente, él no la defraudó. Al mes de haberse marchado, Inocencia recibió una carta de él; y así, cada mes. En ese tiempo, no había los avances tecnológicos de hoy día, y las cartas tardaban una eternidad en llegar. Sin embargo, estábamos acostumbrados a esa espera ya que habíamos vivido la experiencia de Inocencia con el Chileno en nuestra adolescencia. Transcurrieron dos años; al cabo de ese tiempo, Renzo vino a nuestro país, ya no en el barco, sino por avión. Explicó que su nave volvería a fondear nuestro lago tres meses después de su llegada, pero que él necesitaba ver a Inocencia.

Si bien ya no éramos ni niños ni adolescentes, revivimos aquella alegría experimentada cuando Inocencia se hizo novia del Chileno amado y esperábamos ansiosas por los relatos de Inocencia y su enamoramiento con Renzo el Pirata. Volvimos a ser adolescente por segunda vez, a pesar de que estudiábamos en la universidad y estábamos prestos a graduarnos, y a pesar de que nos preguntábamos sobre el futuro de nosotros, pero sobre todo por el de Inocencia porque veíamos que ella se había enamorado de su Pirata que vivía en otro país y no en nuestro barrio.

Un día, sin estar preparados para la noticia, Inocencia dijo que se iba con Renzo. Quedamos de una sola pieza. Una cosa era que compartiéramos el sentimiento de Inocencia hacía el Pirata, y otra que él se la llevara. Ante nuestro asombro, Inocencia nos explicó que se había enamorado de verdad y que partiría con él. No sabíamos bajo qué condiciones se iba, lo cierto era que se iba. Nos asustamos mucho con aquella información. Si algo no deseábamos era que alguno de nosotros se fuera. No obstante, Inocencia estaba decidida.

Quizás en nuestro afán por detenerla, le recordamos que ella siempre había dicho que nunca se casaría y que no formaría un familia como todo el mundo ya que según lo planificado por ella, se dedicaría a servir a la gente que la necesitara. Cuando inquirimos sobre este punto, exclamó.
-¿Y… quién dijo que me casaría? ¡Manifesté que me iría con Renzo porque lo amo!
Ahí, nos dejó helados.
-Me hubiese encantando seguir aquí en mi tierra, pero parece que me necesitan en otros lugares – añadió.

Con el alma en el suelo, veíamos cómo nuestra Inocencia se preparaba para su nueva aventura. ¡Oh… eso fue demasiado fuerte para nosotros, sus amigos que habíamos crecido y compartido tantas cosas junto a ella! De todas formas, entendimos que el destino nos pone a tomar decisiones de vida, para bien o para mal, sin que nos de tiempo a reaccionar.

A los tres meses, como había sido anunciado por Renzo, llegó el buque “El Pirata”. Nuestro lago, quizás en comunión con nuestros sentimientos, estaba inquieto. Volvimos a sentir como niños y anhelábamos con todas las fuerzas de nuestro ser que sucediera un milagro, y que el lago se embraveciera como hacen los mares, y que ese barco nunca pudiera fondear, pero el navío ancló en su tendero, al tiempo que nosotros sentíamos como si los ganchos de esa ancla se clavaban en nuestros corazones.

Llegó el día que no queríamos que llegara. Abordamos, junto a Inocencia, una lancha que nos llevó hasta el barco donde aguardaba por ella Renzo el Pirata quien, finalmente, había “raptado” a Inocencia. Lloramos, solamente comparado como cuando lo hicimos la vez que quemamos las cartas y los cassetes del Chileno y volvimos a abrazarnos como lo hicimos ese día.

Abordamos nuevamente la lancha que nos llevó hasta el buque y regresamos a la playa. Desde allí, vimos que el barco donde iba Inocencia se empequeñecía ante nuestros ojos, y su mano -diciendo adiós- se desaparecía en el horizonte. Ese día, comprendimos cuán doloroso es el vacío que queda en la distancia que se plasma entre el que se va y el que se queda.

Mensualmente recibíamos correspondencia de Inocencia. Varias cartas venían en un sobre grande: ella escribía una carta larga para todos sus amigos donde nos explicaba cada cosa que hacía, y unas misivas más pequeñas dirigidas en forma particular a cada uno de nosotros.

En la carta colectiva nos hablaba casi que al detalle de su vida con Renzo el Pirata. Definitivamente, comprendimos que, en verdad, ellos se amaban como Inocencia se merecía, pero sobre todo, nos enterábamos de todas las actividades que nuestra amiga realizaba en tierras tan extrañas y de nombres tan raros que nosotros jamos imaginamos que ella visitaría, ni que nosotros conoceríamos alguna vez. Nos enteramos de que Renzo el Pirata era un hombre con una sensibilidad social tan profunda como la de Inocencia. Él era médico y se dedicaba a ayudar gente de diferentes partes del mundo, no sólo desde el punto de vista médico, sino que brindaba su apoyo, utilizando su buque para transportar personal médico y enfermos.

Después de la partida de Inocencia, transcurrieron diez años. Un día, recibimos una carta de Renzo donde informaba que regresaba a nuestra tierra con Inocencia, ya para quedarse con nosotros. La misiva no explicaba nada más, y nosotros enloquecimos de felicidad al saber a Inocencia de vuelta a su hogar. Inocencia y Renzo regresaron por avión, al cabo de una semana después de esa carta. Nosotros, sus eternos amigos del barrio, fuimos al aeropuerto a recibirlos. Cuando ella desembarcó del avión, supimos que venía enferma: lucía desmejorada físicamente, pero de su rostro no había desaparecido ni su sonrisa franca ni la luz que siempre irradiaron aquellos ojos azabaches.

Corrimos a su encuentro, la abrazamos; no preguntamos nada, pero estábamos a la expectativa. La llevamos a su hogar materno. Allí, Renzo nos explicó que Inocencia tenía una enfermedad incurable. Cuando oímos esa noticia, quedamos paralizados como si un rayo nos hubiese fulminado. No podíamos creer que nuestra amiga estuviese muriendo, pero así era.

Unos días después de saber la noticia, unos sentimientos encontrados se apoderaron de nosotros: tristeza, desesperación, rabia contra Dios porque nos negamos a creer que Inocencia, precisamente ella, estuviese muriendo. En ese instante, renegábamos de Dios; pensábamos que era injusta la situación que vivía nuestra amiga. Estos comentarios lo hacíamos en voz alta porque era tanta la rabia que teníamos contra Dios que queríamos asegurarnos de que Él nos escuchara y que nos oyera muy bien para que no se confundiera y fuera a pensar que hablábamos mal de otra persona. Luego, nos dimos cuenta de que nuestras voces eran tan altas que hasta Inocencia oyó lo que decíamos. Ella nos llamó y nos dijo.
-¿Por qué se quejan? ¿Por qué reniegan de Dios? ¿Se les olvidó acaso aquel proverbio antiguo oriental que reza que nadie ha aprendido a vivir, sino ha aprendido a morir?

Inocencia siguió hablando sobre la muerte y señaló que, tal vez, ésta era la mayor bendición del ser humano porque ella había oído a gente de otras culturas decir que la muerte era la liberación del alma. Explicó que, según algunos principios filosóficos sobre los que ella tuvo la oportunidad de reflexionar, cuando la muerte llegaba, un caparazón que rodeaba al cuerpo físico se desprendía de éste y que el alma fluía como lo hacían las burbujas de jabón. Habló del apego que tenemos los humanos a las personas y a las cosas, y del dolor que nos producía, por ende, esas pérdidas. Señaló que si aprendiéramos a vivir el día a día, ganaríamos en sabiduría y en amor porque aprenderíamos a confiar en nosotros mismos. Reflexionó sobre la importancia de descubrir no qué éramos, sino quiénes éramos ya que, según esos principios filosóficos, cuando esto se aprende, se tiene consciencia de dónde venimos y hacía dónde vamos. Nos aconsejó que nos dedicáramos a la práctica espiritual según la creencia que cada uno profesaba y añadió que para ello no era necesario que acudiéramos a ningún templo físico, sino a nuestro templo interior; aseguró que el día que los actos de vida del humano fueran ejecutados con la libertad que el Ser nos otorgaba, ese día ya habríamos conseguido descansar en la armonía del corazón porque habríamos aprendido a conectarnos con la esencia más intima de nuestro ser. Luego, mirándonos con ternura infinita, agregó.
-Mi misión está cumplida, por lo tanto, parto en paz. La comprensión de mi muerte, por parte de ustedes, dependerá de los valores espirituales de cada uno. Su sonrisa iluminada parecía sellar sus palabras, nos miró uno a uno y agregó de forma enfática:
- Cuando me extrañen, apóyense en los buenos recuerdos.

Después de haberla escuchado, lloramos mucho, pero también sentimos un alivio infinito. Parecía mentira, pero ella estaba muriendo y, sin embargo, nos había reconfortado como siempre lo hizo en los momentos difíciles de nuestras vidas. Sus palabras lograron armonizar nuestros corazones para que volviera a conectarse con el Ser, como dijo Inocencia. Unas horas después, expiró. Comprendimos, después de reflexionar sobre sus palabras, que una persona como ella tenía que vivir en otras dimensiones donde quizás fuera más feliz.

A Inocencia la cremamos porque así lo quiso. A ella la desesperaba ver que la gente era metida bajo tierra cuando moría. Siempre le pareció un espectáculo grotesco ese ritual y, por eso, pidió ser cremada. Tuvimos que llevarla hasta la capital de nuestro país porque en nuestra ciudad no había crematorios. Ese día, la acompañamos sus familiares, sus amigos de siempre, inclusive su amigo Pablo a quien ella consideró como su hermano y que vino desde su país natal, sólo para estar con ella. Renzo el Pirata, por su parte, lloró como nadie; nosotros, en nuestro dolor, tratábamos de repetirle lo que Inocencia nos enseñó antes de morir.

Cuando llevábamos la caja que transportaba el cuerpo de Inocencia al crematorio, me aparté del grupo, me acerqué a Pablo y le pregunté.
- ¿Tú crees que nos ve?
- ¡Definitivamente! - Respondió él.
Lo volví a mirar y lo interrogué de nuevo.
- ¿Qué crees que estará pasando en la otra dimensión?
A esta pregunta, Pablo hizo lo que siempre Inocencia dijo que él hacía cuando se le hablaba de algo: se transportó mentalmente a otro lugar, yo imagino que a la cuarta dimensión. Me miró sonreído, y pude ver en sus ojos lo que Inocencia hubiera llamado un cuento mágico. Pablo me habló al oído y dijo.
- Están revoloteando alrededor de ella los espíritus de las mariposas que ustedes mataron y que ella quiso salvar. Ellas van cargando su alma. Están las almas de los niños de los barrios pobres que se han despedido de esta dimensión, y a quienes ella les contaba sus historias mágicas; y están, también, las almas de los viejitos que ella cuidaba en el asilo de ancianos. Los niños y los ancianitos marcan el paso por donde debe pasar el alma de Inocencia -decía Pablo susurrando. Está su padre físico y su padre espiritual iluminando el camino que ella debe recorrer.

Después de la cremación, todos los amigos de Inocencia regresamos con sus cenizas a nuestra ciudad, pero no la esparcimos en el lago de inmediato, como ella pidió, porque esperábamos que llegaran los familiares de Renzo para la despedida de nuestra amiga. Renzo permaneció con nosotros como si él hubiese formado parte de la pandilla del barrio toda la vida. En las tardes se sentaba, junto a nosotros, en las bancas que estaban frente a nuestro lago. Su mirada perdida en el horizonte, como si no tuviera vida.

Cuando nos sentábamos frente al lago a contemplarlo, éste se quedaba en silencio. Las olas se aquietaban respetando nuestro dolor; y en el silencio reinante, sólo se escuchaba un rugido de dolor que salía del pecho de Renzo. Ese dolor se trasmutaba en lágrimas que bañaban su rostro. Nosotros sentíamos que esas lágrimas remontaban el azul del cielo que protegía a nuestro lago ya que ellas trataban de encontrar a Inocencia. A los días, antes de la llegada de su familia, Renzo murió, de una forma tan silenciosa que no nos percatamos de ello, sino cuando lo invitamos a regresar a nuestros hogares. Había muerto de un infarto, diagnosticaron los médicos, pero nosotros sabíamos que era de dolor.

Sus familiares, finalmente, llegaron. Volvimos a hacer el recorrido hasta la capital y cremamos su cuerpo. Regresamos. Ese mismo día, fondeó nuevamente el barco que había “raptado” a Inocencia. “El Pirata” arribó a nuestro lago porque la tripulación quería rendir honores a nuestros amigos. Abordamos el buque con las cenizas de Renzo y de Inocencia y las esparcimos sobre el lago. En ese momento, cuando las últimas cenizas de ambos se las llevaba el viento, aparecieron dos mariposas: una, como arreboles de nácar sonrosado y plata de la aurora; y otra, dorada. Nuestros rostros se iluminaron de alegría, sabíamos que ésas eran las almas de Inocencia y de Renzo que se unían y que nos acompañaban en ese momento tan doloroso. Los amigos del barrio lloramos mucho la pérdida física de Inocencia, pero estábamos seguros de que Inocencia volvería un día con el alma tan libre como el de nuestras mariposas o como un rayo de luz.

Después de esparcir las cenizas de nuestros amigos, regresamos al hogar de Inocencia a despedirnos de su familia. Cuando llegamos, nos preguntamos qué hubiéramos escrito sobre su lápida si Inocencia hubiese permitido que enterráramos sus cenizas. Todos sugerimos varias frases. Al final, nos gustó la que creímos que encerraba lo que Inocencia representó en nuestras vidas. Decidimos que cada quien escribiera la misma frase en un papelito e hicimos lo que ella nos había enseñado: los echamos en un recipiente y los incineramos. Nos tomamos de las manos, hicimos una suplica interna y visualizamos que el humo que salía de esos papelitos, que ya eran energías, iba formando la frase que a nosotros nos hubiera gustado para su lápida terrenal. Visualizamos, también, que se había formado en el universo una lápida celestial en la cual se leía: todos fuimos arropados por la magia de Inocencia.



Texto agregado el 08-10-2009, y leído por 1362 visitantes. (131 votos)


Lectores Opinan
05-10-2012 Me gustó de principio a fin la historia de Inocencia. Felicidades elpinero
26-09-2012 nada acaba, todo empieza, el dolor es un atajo, de la muerte que vendrá..más la muerte..no es por el Ser no la creo, mas creo vida y en abundancia.. Noc
17-08-2011 Es difícil escribir unas palabras cuando ya está todo dicho sobre el amor humano y divino, como lo ha hecho esta bella narración. EVERO
12-05-2010 Indudablemente, una historia por demás atrapante la de Inocencia. La que me da a pensar que desde algún lado estará viendo como y de que manera tan dulce y emotiva has narrado su paso por éste mundo. Siempre supe antes de finalizar, que Inocencia partiría. Y repito. Espero que esté viendo todo lo que de ella pensamos. Una historia para reflexionar y conmoverse. Estupendo trabajo literario. No alcanzan cinco para ésto. Un abrazo sincero. Catman
30-03-2010 Ay... por que no me invitaste a leer!! siendo que me encantaba Inocencia... hay por que tubieron que morir?? un cuento hermoso mis5* y besitos para tu magia... cuando tomas una lapicera NILDA yo_nilda
27-03-2010 ay amiga Sofi, es asi, solo somos ave de paso en esta vida, destinados a cumplir una mision. Inocencia nos deleito con sus aventuras llenas de vida y de alegria para darnos paso al dolor. Esta vez no te dejare estrellas, tan solo porque dejaste partir a una amiga con la que ya nos habiamos encariñado.... Saludos pithusa
07-03-2010 De todos los despistados del mundo, yo soy la mayor. Hace tantos meses que pusiste esto y no lo había visto!! Da tristeza que haya muerto esta chica. uno sentía como si fuera alguien real. De alguna manera, creo que SI es real. Un abrazo! galadrielle
10-01-2010 ¿Cómo no me enteré de qué habías escrito este capítulo tan esencial sobre la gran Inocencia? Sin duda los últimos días mis pensamientos estuvieron fuera de la página. Trato de encontrar más razones para no haber asistido antes pero no las encuentro. Perdona. Pasando a lo leído tu texto me parece casi de ensueño; es realmente una bella historia de amor con un final lacrimoso y triste aunque bello. Pero hay quien dice que el final solo es el principio de un nuevo capítulo, así pues de esa forma me lo tomaré y esperaré que la muerte de Inocencia no haya sido su muerte real sino el principio de un nuevo capítulo de su nueva vida en el lugar que nadie conoce y que todos estamos abocados a conocer. Sólo me cabe felicitarte por tu espléndido trabajo y sobre todo tu gran inspiracfión. Así es como hay que escribir, casi en trance, y salen las cosas auténticas de verdad, porque llegan directas desde el corazón a la pluma. Felicitaciones! Un abrazo y un beso amiga Sofía. josef
24-12-2009 Una hermosa y triste historia de amor que ha ocasionado que mis lagrimas afloren. Lo que más me ha gustado es que Renzon y Inocencia se hayan encontrado en esa cuarta dimensión para toda la eternidad. Mis estrellas para un relato de amor precioso********* Te felicito amiga, un placer pasar por tus letras, Yosep Yosep
07-12-2009 Como sabes, tarde llegué a tus letras y, por tanto antes de que nos dejara Inocencia, antes de que decidieras que su vida terminara, sólo la conicí en: "Inocencia, su fiesta y los piratas del lago". Allí puse un comentario. Pero como quiera que tus escritos prevalecen, he de pasar para conocer tu obra desde el punto donde por tí fue creada. Nada más decir. Si acaso, que éste, tu último capitulo es de una belleza extraordinaria. La narración despierta sentimientos profundos y se hace corta. No emplearé adjetivos suntuosos para describir lo que sentí. Añadir tan sólo que al leerte, alguna lágrima rebelde se apoderó de mí. Es un texto que atrapa y que conmueve, que penetra en las entrañas del lector. Un placer haber conocido a Inocencia, un gozo pasearse por tus letras. Por estas maravillas que se leen, merece la pena compartir con las Sofiamas de turno, con gente como tú. Felicidades sinceras, amiga. Noguera
03-12-2009 “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella. gabosoli
17-11-2009 SOFIAMA;dime amiga porque tenia que ser así, nosotros estábamos acostumbrados a su vida, sus costumbres y su sencillez, la alejas repentinamente, seguro que hay un error, esta bien narrado porque sos muy buena narradora, pero te pido que recapacites y la traigas a los cuentos Net, si quieres renovada a nuestra querida Inocencia.***** Besitos para ambas lagunita
04-11-2009 Un ser humano ejemplar planteado en el protagonismo de Inocencia. La visual filosofica y la triste y sabia despedida de Inocencia atrapan al lector. Excelente narrativa. Me encanto. Felicitaciones Todas mis estrellas ************** sirenadelmar
25-10-2009 La vida no termina. no tiene comienzo ni fin. Y menos la de la Inocencia. Felicitaciones. Te veo como una singular narradora de éxito. Besos. Stelazul
20-10-2009 Sigues enseñando, Sofi, siempre tratando de mostrar una luz en el camino tan aleatorio de esta humanidad, a través de ese personaje tan verdadero y especial como lo es Inocencia. Verdadera, porque ha conseguido ganarse el corazón de muchos de los que leen sus aventuras, especial, porque es tan diferente del resto. Pienso como ella, -como tú-, que es posible trascender a partir, o a través, de nuestro ser más profundo, que es posible despertar ese destello divino que duerme secretamente en el fondo de nuestros corazones. Un bellísimo final para la historia de Inocencia, que sigue aquí, en el recuerdo y el corazón de quienes se identificaron con ella. Mil estrellas * neige
20-10-2009 Una narración muy bien lograda, te felicito***** peregrino10
19-10-2009 Hermoso relato, nos ha hecho vivir la historia de un personaje que vive en la vida diaria de un grupo de amigos que valoran la amistad hasta el punto de sufrir y reir juntos. Al encontrar Inocencia su averdadero amor, también fue vivido en carne propia por ellos, sus amigos. Tomar a la muerte como un paso que nos permitirá llegar a otras dimensiones, como que atenúa el dolor de perder a nuestros seres amados; Inocencia obró ese milagro en sus amigos. No se si la muerte de este personaje tan importante de tu historia pudiera ser el final de tu cuento, pero si así lo decides, este fue un excelente final Felicitaciones aliciacometa
19-10-2009 Inocencia siempre marcará la diferencia.. siempre dejará huellas a su paso, en los corazones de aquellos que son capaces de mirarla directamente a los ojos.. Bello cuento que como siempre? me deja con una lágrima rodando en mi mejilla.. millones de millones de constelaciones de estrellas para tí************************************************.. vilyalisse
18-10-2009 Bello final de lágrima, ceniza y esperanzas. fabiangris
17-10-2009 ¡Que bello relato!! Sofi, que bella historia, me duele pensar que Inocencia no seguira con su vida tan tierna y hermosa. Era un ser de novela, tan perfecto que la vamos a extrañar, mis saludos y estrellas, gracias por brindarnos tanto amor en tus textos, eso es lo que se desprende de la vida de Inocencia: amor. ******** tequendama
17-10-2009 Jo, es precioso, tierno, dulce. Nos has ido dejando entrega tras entrega la historia de un personaje que ya se había convertido en algo más. Su muerte y todo lo que la rodea (la situación, los personajes...) parecen reales, en verdad entristecen. Esto demuestra que es una gran historia. Genial. m_a_g_d_a2000
16-10-2009 Una bella narración. Inocencia alcanzó el amor por si misma al amor a otros con desapego y sinceridad. Su muerte taerá el crecimeinto para sus maigos del barrio. Un abrazo Sofi. beamar
13-10-2009 y este fue el dia de la segunda lectura,no puedo apartarme de lo que siento y ser objetiva.Para mi Inocencia es mucho mas que un personaje.Ella es lo que muchas veces soñe ser,una mujer integra,dedicada a los demas,con firmes convicciones y llena de una luz que nace del interior,que proviene de un alma noble.Comparto por entero la filosofia que quedo plasmada. Ademas creo que ha sido uno de los regalos mas bellos que recibi en esta pagina.Solo me resta decirte gracias Sofi,ella ya vive en mi corazon.Un abrazo amiga. shosha
13-10-2009 Que te voy a decir que no te hayan dicho todos los amigos de la página azul Es de una ternura incomparable lo que has plasmado. Te felicito mis ******* besito Silvia alasblancas
13-10-2009 Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, precioso, pero tanto que me gustaba leer de inocencia, que cuesta creer que que ya se fué!!! ***** MariBonita
12-10-2009 Una historia maravillosa, una niña mujer que encontró el verdadero amor y se fue con el, hasta el paraiso. Sofiama me pone muy triste el final de Inocencia, pero es tu desición y la acepto. Gracias por haberla compartido con nosotros. *************** alejandro45
12-10-2009 El cuento es perfecto, pero, creo, amiga mía, que te odiaré (no lo creas) toda la vida por haber terminado con Inocencia. Don Quijote murió, Jean Valjean también, el príncipe Andrei, Stephen Blackpool, Romeo y Julieta... ¿Era necesario, querida Sophie? Conan Doyle se vio obligado a resucitar a Sherlock Holmes, y tú, querida autora, ahora eres la esperanza de este dulce ensueño literario que comenzó hace más de año y medio. Un abrazo, mi cariño y todas mis estrellas... jardinerodelasnubes
11-10-2009 Me pregunto ¿Porqué la muerte de Inocencio? ¿Ahi´concluirá su historia? Buen texto. ULEIRU
11-10-2009 Cariño...Ha muerto una parte de mi corazón con el alejamiento de Inocencia...Pero todo en la vida trasciende para mejor El alma de Inocencia ya tenía un lugar en las almas de todos nosotros, donde se quedará para siempre y seguro aparecerá convertida en un espíritu de la naturaleza, más puro y pristino. nomade
11-10-2009 Es verdad, todos fuimos arropados por la magia de Inocencia y la vamos a extañar. Gracias por dejarme ser parte de su pandilla. Muy emocionante el final de tu historia, te felicito hermanita. petzenko
11-10-2009 Historia triste, pero muy bonita. 5* louyann
11-10-2009 "nadie ha aprendido a vivir, sino ha aprendido a morir"...es mi papelito...Muy Bello haces temblar el alma.*5 Gracias aimara
10-10-2009 Si Julieta murió, ¿por qué no Inocencia?, pero, vive, como viven los personajes que forman parte de nuestras vida. Tengo a Inocencia como guía para surcar el amor sobre ese lago hermoso que la acompaño toda su vida. Así son las cosas que contienen belleza en sus detalles mas nimios. Así es Inocencia, la belleza rencarnada. Creo que hay espacio para su retorno. Lo dice ella misma:… y si yo tengo que volver un día regresaré alada con alas de colibrí o mariposa o con las alas del viento...sí, aquí esta el sendero, la luz universal que la traerá de vuelta a nosotros. Construye ese colíbri, Sofi, seguro que sí. Tú que tienes el don de otorgar vida en tus letras, dile que se yerga y camine. La estaremos esperando. margrave
10-10-2009 me has dejado sin palabras, emocionado y a la vez extaciado cerraste una historia con una mescla de cuento de hadas, humanista, reflexcibo, espiritual de una forma tal que llega al Alma con mucha profundidad demostrando la gran calidad humana que tienes. fecinado y con los ojos llorosos te mando uno de los abrazos mas fuertes y sinceros queriendote hacer sentir algo del calor que me has dado ***** guero
09-10-2009 Pienso hacer lo mismo, para formar parte del universo de Inocencia. Creo que Inocencia se lo merece. Has terminado muy bien esta historia. +++++saludos antoniana
09-10-2009 Muy bueno todo lo que escribes, che. Te pido mil disculpas si he sido un grosero. perdón, perdón, perdón. Soy una mala persona. Si?? _Murov
09-10-2009 Inocencia seguirá estando en cada uno de los que leímos sus historias, hay un gran aprendizaje en todo el texto, me consuela saber que nadie aprende a vivir sino a morir cada día. Me llena de luz entender eso y no sentir miedo. DIVINALUNA
09-10-2009 Hola amiga, es una historia tristemente bella la que nos regalas. Pega duro saber que Inocencia deja el Universo de nuestra Página y su vuelo de mariposa parte hacia otros universos con sus aventuras y sus desventuras, y esa filosofía tan particular y hermosa que la hizo tan querible entre nosotros. Era y sigue siendo un personaje entrañable, se lo va a echar mucho de menos. Tus letras preciosas y atrapantes como siempre. Un beso, Carlos. carlitoscap
09-10-2009 Me he deslizado por tus letras emocionada,como queriendo retener en mi mente cada palabra. La historia es bella,y ese amor suele existir más de lo que imaginamos.Pareciera ser que siempre nos acercamos justo a los seres que se nos parecen espiritualmente,muchas veces,al conocer a alguién,nos damos cuenta que formamos un solo ser. Me gustaron las palabras de Inocencia,esas llenas de sabiduría acerca de la muerte.Ella como la describiste,era un ser diferente como pocos existen.Llena de amor por los demás.algo maravilloso,poder ayudar sin mirar a quién. Fuí felíz al pensar que hizo lo que deseaba,ir donde el hombre que amó. Imaginé muchas mariposas alrededor de su alma,de todos colores,en medio de un rayo de luz. Y luego pensé que veía dos bellas y brillantes,Inocencia y Renzo,siguiendo el camino del amor. Un beso mi amiga querida******* Victoria 6236013
09-10-2009 5****** za-lac-fay33
09-10-2009 1* -Murov
09-10-2009 Es lectura fácil y sencilla, pero cargada de enseñanzas espirituales. Cierre colosal de un capítulo terrenal que abre otro eterno, cuajado de símbolos y figuras literarias de muy buen gusto. Te felicito. peco
09-10-2009 Despues de mi agitado dia de trabajo, llegarme hasta tu puerto , conocer a Renzo, ver la cara inocente y bella de Inocencia, acompañarla en su viaje y volver a morir en su pueblo, no se que te puedo decir, me siento tan dolida que no tengo palabras. Amira avefenixazul
08-10-2009 ahora solo puedo mandarte un abrazo,no estoy en condiciones de decir nada mas*********** shosha
08-10-2009 Amiga querida: el desapego plamado en toda su dimensión. La partida de Inocencia de este tierra finita...., el alma de Inocencia transformada y liberada por la muerte... Pocas palabras, pues los sentimientos no se pueden explicar con palabras, sólo digo el inmenso placer que me genera sentirlos. Inclino mi sombrero SEÑORA, hago reverencia y silencio. ********************* nanajua
08-10-2009 Vaya un final sorprendente para la historia de Inocencia, làstima que todo haya terminado. Ahora sòlo nos quedaràn los recuerdos de las aventuras y emociones que despertaron en nosotros. Te felicito has cerrado con broche de platino esta sensacional narraciòn. Hasta pronto. Jazzista
08-10-2009 Muy buen final... cpimecuentos
08-10-2009 Mi respiración quedó en suspenso mientras leía esta maravilla...Sofiama, has bordado con palabras espléndidas mis sentimientos, has colocado brillantes auténticos para alumbrar el Conocimiento. Estás imbuída de lo mejor y más grande que en esta dimensión, cabe. Inocencia, con toda su sabiduría, magia, paz, valor y amor, vive plena y dichosa dentro tuyo!!! Bendita seas, alma querida. MujerDiosa
08-10-2009 Excepcional relato que pone fin de una manera inesperada y maravillosa a la extraordinaria saga de Inocencia. Lleno de emoción y elaborado con una técnica perfecta, (propio de una gran escritora) su categoría excede largamente el nivel de calidad de este sitio. Sofía derrocha talento y claridad de ideas y hace al lector partícipe de todos y de cada uno de sus sueños. Y al igual que si fuera el genio de la lámpara, Sofía va descubriendo ante nuestros ojos toda la magia increíble de su escritura. Si pudiera le pondría 10 estrellas. nesravazza
08-10-2009 Un cuento que es una reflexión sobre el amor y la muerte, con mensajes subliminales. Requiere reposo este cuento. Y si a la muerte de cada uno nos viene a buscar el Bien o el Mal que hayamos hecho en la tierra, creo que estamos a tiempo de hacer una buena revisión, por lo que Inocencia continúa y continuará. Sofi, no sabes lo que agradezco contar con tu amistad, una de las personas más auténticas y profundas que he conocido en estos lares ¡Que el Cielo te bendiga! maravillas
08-10-2009 Triste. Pero así es, todo pasa. Tarde que temprano la muerte nos sorprendera y partiremos a otro lugar. Lo padre de los personajes de cuentos es que reviven con cada lectura. Saludos. 5* Azel
08-10-2009 Aún conmovido por la lectura de esta nueva entrega sobre un personaje que ya plantó huella entre los lectores de loscuentos.net, llamó mi atención de manera especial el comentario escrito por sagitarion, el cual no veo tan apartado de lo estrictamente literario, como lo supone nuestro buen amigo y magnífico conocedor de las letras. Me explico: para el escritor es tan importante el buen manejo de las letras como lo es el manejo de sus personajes. Ciertamente ignoro qué inspiró a Sofía para escribir la muerte de Inocencia, pero el hecho de escribir la muerte física del personaje no necesariamente significa desprenderse del mismo. En lo personal, encuentro en Inocencia gran potencial para que la historia continúe, veremos que piensa nuestra querida sofiama. Mientras, dejo cinco muy merecidas estrellas para este capítulo que no sólo constituye una narración impecable, sino que contiene conceptos filosóficos para tomar muy en cuenta. borarje
08-10-2009 Fuerte texto, con una forma muy especial tuya de ponernos en la piel de Inocencia y sus amigos para hacernos sentir el amor y el dolor. Gran trabajo como siemrpe, un placer leerte. marfunebrero
08-10-2009 Me apartaré estimada Sofía de lo estrictamente literario, porque la situación así lo amerita, me quedo con la fortaleza e inspiración que has encontrado para dejar partir a Inocencia, tu personaje que muchos hicimos nuestro. Ciertamente no es bueno tener mucho apego por las personas o las cosas, todos los excesos son malos. Imagino lo difícil que te ha sido dejar volar a tu personaje de la mano del amor realizado con una pareja. Al menos estoy seguro que te queda la satisfacción de haber despertado tantos y buenos sentimientos, pensamientos e ilusiones a través de nuestra Inocencia. *****Un fraternal saludo. sagitarion
08-10-2009 No tengo palabras Sofía para decirte todo lo que este relato, significa para mí.Hablas de una manera que transportas con tus letras y somos partícipes de cada uno de los momentos.Algunos alegre, otros muy tristes pero todos cargados de la sensibilidad que le imprimes, que es tu sensibilidad. Me siento arropada por la magia de Inocencia.Luz de estrellas y alas de mariposas para tí. almalen2005
 
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