Allá en la esquina mas iluminada, pero que nadie ve... hay un chiste diabólico que se parece a ti.


La vida da vueltas, vueltas que te hacen vomitar un pasado fermentado.

A ella la conocí en un cubo cerrado donde no había mas que ella sola. Me enamoré de su impecable rostro y de sus neuronas faltantes, del feismo, de la falta de sus pupilas. Amalia... Silueta incorrecta que define la imperfección, su corazón...blanco de tantos juicios, negro por tanto idiota suelto. No hay característica que la defina, sus ojos no son de ningún color, no tiene cabello y su silueta aparenta ser tácita, como todos los habitantes de este mundo tienes días en que luce hermosa, y sus días en que se ve demacrada y brusca.
Amalia prostituta de los diversos sueños, de las pesadillas andantes y de tu falta de imaginación. Amalia es el residuo de las canciones, los tachones de una carta y el lugar donde se van aquellas cosas que se olvidaron y jamás se dijeron, Amalia es el silencio de los cobardes y el mito de los imprudentes.
Nació de un matrimonio acuático, solía jugar a decir la verdad y todos se reían o lloraban en la guardería ...

De Amalia me enamoré un Viernes Santo después de muchos años de haberla conocido, me enamoré de su hueco en el pecho (Que tiene forma de ranura de alcancía) y de su increíble agotamiento y escasés como ser humano, de su falta de anestesia, de su brillante expresión, de su físico y de su falta de "inteligencia".
Cuando yo le declaré mi necesidad, ella rió sacando unas tijeras, las puso en mi pecho e hizo una pequeña y sutil rendija en el, allí se metió y se quedó para siempre. Su madre aún la busca desesperada, pero las noticias siempre buscan algo mas amarillo y melodramático, y como Amalia no tiene amigos, entonces nadie supo nunca que ella desapareció, y un desaparecido mas es de poca importancia para este pueblo... Amalia dio fin a su vida para habitar su verdadero hogar, para habitar mi pecho- su casa, para enloquecerse en este su manicomio de cristal.