No quiero estar aquí,maldición.
Quién me habrá mandado a mi a hacer esto.
En qué estúpido momento se me ocurrió que esta era una buena opción.
No quiero más este círculo vicioso en el cuál todos dependemos de todos.
No quiero formar parte de este hipócrita sistema burocrático,público,añejo,caduco,retrógrado.
He llegado al punto al cual todo me importa nada.
He visto mis ruinas empolvarse de desechos malolientes.
Caí fuertemente,profundamente, y a nadie le importó.
Si no me cuido yo misma, nadie lo hará por mi, somos sustituibles,un número insignificante, al cual inmediatamnete se le encuentra un suplente. Pero mi vida verdadera, esa no encuentra sustituto, si mi máquina no funciona bien, nada funcionará bien.
A todos nos habrá pasado alguna vez, sentirnos derrotados por este gigante, que aplasta sin medida, cruelmente, y nos mete a todos dentro de una misma bolsa, sin prever diferencias culturales,sociales,económicas. Es verdad que somos todos iguales ante la ley, y todos tenemos los mismos derechos y obligaciones, pero es una verdadera mentira que las oportunidades son las mismas. Oculta tras la teoría de que todos somos iguales, en la práctica sabemos que no es así, todos somos diferentes y necesitamos cosas diferentes. Una cosa es la pretención de que todos tengamos acceso a las mismas oportunidades si es lo que queremos, y otra muy diferente son las verdaderas necesidades individuales. Las propias, las mias, no están resueltas, y siento que es porque me han tratado como parte de un todo, donde no me han diferenciado como única e irrepetible.
Las agujas del reloj no avanzan, están quietas, en ese espacio de tiempo muerto, tiempo perdido, gastar la propia energía, la propia vida en ese monstruo aplastante que nada le importa más que seguir alimentándose a costa de cualquier precio, asi sea tener a todos sus subditos aturdidos.
Ahhhhhh no quiero estar aquí, maldición.
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