Hoy debo permitirme, el no seguir quejándome. Hoy, de nuevo, salió el sol. Hoy tengo una oportunidad para crecer, triunfar y ser feliz. Para poner los pies en la Tierra y la vista en el cielo. Pero antes de todo, primero debo hacer lo primero. Y eso es comenzar hoy. Iniciar una nueva vida, una vez más y dejar atrás el miedo.
El principio está en mí. Aquí y ahora. Son embargo, necesito amarme. Decidirme y cerrar las heridas que hay en mí, porque aún tengo historias que contar, poemas que escribir y plegarias que invocar.
Primero debo elegir, hoy, hacer una pausa en mi vida, con la única intención de detenerme y darme tiempo de pensar y valorar.
No seguiré culpándome por mi naturaleza ni mi locura. Soy alguien que aunque pierda está dispuesto a dar de nuevo. Soy un ser que grita al viento que es fuerte, a pesar que la tormenta y la neblina me impidan ver más allá de mi nariz.
Hoy debo permitirme el reinvertarme nuevamente. Aferrarme a la luz y comenzar a caminar. Convencerme y perdonarme, sin desgarrar mi alma.
El día de hoy, descubro que para poder amar, primero necesito amarme.
Que para ya no engarme, para escuchar mi corazón, para confiar en Él y para tener fe, primero debo comenzar por amarme.
También, para darme, para respirar, para crecer, para perdonar y para respetarme, necesito amarme, una vez más, sin miserias, a partir de este momento y para siempre.
Para amarme debo reponerme y confiar en mí. Necesito recordar que soy parte de un regalo de la vida y del universo. Encontrar la porción de cielo que se alberga en mi interior. Tomarme entre mis brazos y entender que todo lo que se encuentra en Él, está depositado en mí.
Debo aceptar que la soledad no se refugia en mis adentros. Descubrir que dentro de mí hay un sol, un Astro dispuesto a darme vida y calor. Que hay una estrella que sólo quiere iluminar mi sendero.
Para amarme, necesito convencerme que debo perderme en mí y dejarme envolver por todo lo que soy. Aceptar todo lo bueno y malo que llevo, pero que tengo la convicción de ser mejor.
Sé que puedo amarme. Sé que debo amarme. Sé que merezco amarme. Sé que Él está en mí. Sé que cuento contigo. Sé que a tu lado llegaré a la cima de la montaña; y luego comenzaré de nuevo, el camino en espiral.
Sé que lograré amarme. Y sólo esta vez lo haré por mí, porque el amor no se encuentra en la gente o en mis pertenencias. El amor es más grande que eso, ya que es algo que sale de mí. Pero sobre todo, sé que lograré amarme, porque soy tu Guerrero, Señor.
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