CHIFLARIN.

Nadie sabe como se llama. Es un personaje de sonrisa fácil y gesto tranquilo. A veces da la impresión que vive en una permanente ensoñación por que parece que no mira a ningún lugar y sonríe como recordando alguna diablura . Como ser especial, no puedes adivinar su edad , pero evidentemente es ya un hombre. Siempre anda solo por el rumbo de la 20 de Noviembre, arrastrando un extraño artefacto con ruedas en donde acarrea herramientas de jardinería ya que se dedica a arreglar árboles y prados en las casas del vecindario de donde obtiene unas monedas para su comida ,que acompaña siempre con sus característicos silbidos, por lo que se ha ganado el mote de “chiflarín”. Después de terminar sus alimentos se anima a interpretar todo tipo de melodías ; modernas y antiguas , pero tal parece que prefiere el género ranchero y en especial el ahora llamado “grupero”que mucho se presta para las inflexiones de su penetrante silbar. Siempre en un tono intermedio se le escucha interpretar sus canciones , reflejando en ello su estado de tranquilidad interior que es envidia de los muchos que tenemos la suerte de conocerlo y que tal vez preocupados por las cosas terrenales no podemos apreciar que alguien pueda estar alegre en éstas condiciones de crisis permanente donde vemos esfumarse nuestros ahorros y bienes patrimoniales reunidos a veces en vidas de trabajo y esfuerzo por efecto de las modas de política económica que nuestro gobierno –hoy pluripartidista-
nos aplica con grandes dosis de sorpresa por la interminable ola de corrupción que parece un tormento que debemos pagar por culpas atávicas que seguramente tenemos pendientes con nuestros dioses ancestrales.
Dan ganas de sentarse a comer en la banqueta y después unirse a silbar con “chiflarín” alguna melodía que nos haga olvidar este triste destino escatológico que parece inacabable.