Qué fácil
resulta provocar
y cuán grato comprobar
el (in)existente
calado moral, humoral,
ético
y/o intelectual
de quién entra a trapo;
qué sencillo,
qué bizarro,
ese sonido de amenazas,
Señoría,
fin de mi alegato;
Fulano,
queda usted absuelto
pues la comedia
no es delito...
después más tarde
en la soledad
de la noche y en el campo
un tiro por la espalda
en el nombre
de un dios de Iglesia
que no de humanos,
en nombre de una democracia
para la burocracia
y los mandatarios.
La sencillez
de la provocación
sólo es equiparable
a la del asesinato.
Texto agregado el 06-10-2009, y leído por 109
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
19-01-2010
Malito el texto maria_eleonor
06-10-2009
Un disparo por la espalda que mata el ARTE o LA POESIA*5 Mis respetos Muy bueno aimara
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