Doc. no va a ceer lo que me paso antes de venir aqui, usted me a insinuado en algunas ocasiones que estoy paranoico, me he dado cuenta, pero yo no imagino tales cosas, como vera lo que le voy a contar se lo demostrara:
Antes de venir aqui entre a un cafe, me sente en un mesita junto a la ventana que daba a la calle y pedi un lagrima, tube que esperar tanto tiempo que crei que habian olvidado mi pedido, me queje al mozo y en seguida vino de muy mala gana, dejo la taza sobre la mesa tan descuidadamente que hizo chorrear cafe por lo bordes. Entonces le dije: cuidado estas derramando mi cafe.
El solo me echo una mirada de furia, se dio media vuelta y se fue a atender a otra clienta. ¿Cual era mi delito? ¿Haber pedido un cafe y pretendido que lo trajeran en el debido tiempo?
De seguro habia ligado una retada del jefe y bien merecido se lo tenia. Ahi fue cuando le vi: me habia estado mirando desde que pedi el cafe por primera vez, me miraba,a una mesas de distancia. Con ojos escrutantes, consumia cigarrillos,
uno tras otro y no me quitaba la vista de encima, intente disimular, yo miraba el trafico por la ventana o la gente que entraba al bar, pero cada ves que lo miraba, el tenia la vista fija
en mi, entonces me enfureci y yo tambien lo observe, trate de crear una mirada asesina pero eso no sirvio para amedrentarlo porque siguio viendome asique solo le observe , camisa floreada,
pantalones claros de lienzo ¡En pleno junio! Cabello largo y revuelto, barba tipo candado y su mirada.......si usted ubiera visto como me miraba, como un cazador su preza, tan tranquilamente, fumaba y esperaba el momento para atacar. Me asusté. Pague mi lagrima y me fui del bar, tras unas cuadras el miedo se convirtio en furia, aun sentia la mirada del aquel hombre en mi nuca, me pare en una esquina a esperar el semaforo de la avenida que esta a unas cuadras de aqui y lo vi, palidecí, la ira se volvio miedo nuevamente. No espere que terminara de cortar el semáforo,
atravece la calle corriendo, y segui dos cuadra mas, creyendome a salvo, respire profundo y me divuelta para asegurarme de que no estaba, y para mi terror ahi estaba!
Con manos en los bolsillos, paso tranquilo, cigarrillo en la boca, No iba a permitir que me atrape, no eso no, asi que corri, corri las cuadras que faltaban para llegar asta aqui. Ya ve doctor no imagino las cosas.
La gente esta cada dia mas loca.
El psicologo, hombre anciano, clavo y narigon, se quito las anteojos y con paciencia curtida dijo: -No permito que se fume aqui.-
-Doctor yo no fumo- Se levanto nervioso, dando una vuelta al sillon y se enfrento a su debil reflejo en una ventana, una punzada de terror atravezo al paciente que corrio a baño de consultorio, donde el espejo le devolvio el reflejo de un hombre
de camisa floreada, pelo largo y revuelto y una cigarrillo en la boca.
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