Rio de Janeiro, 10 de Mayo de 2009.
Querida amiga Leda.
Espero que tú y tu familia estén felices y con salud.
Hace mucho que no nos hablamos. Creo que con una carta así, un poco al estilo antiguo, podría expresar todo lo que estoy sintiendo ahora, en esta noche de finales del invierno.
Podría telefonearte, o mandarte un mail, pero estoy en la hacienda, y salgo poco de aquí, pues estoy al pendiente de las plantaciones, el cuidado del ganado, los empleados y sus familias, mi familia, y por eso me sobra poco tiempo.
Durante mis noches aquí en la hacienda, procuro dormir temprano, veo un poco la televisión, o escucho mis discos de vinil, aquéllas canciones que en nuestros tiempos se tocaban en los bares y los domingos en el club.
Los chicos están bien, adoran la hacienda, y por lo menos dos veces al a, paso algunos días en la playa. Les he enseñado el gusto por la arena y el agua salada que nos recupera del cansancio, y aún ahora recordamos la playa de Botafogo, allí, cerca de la casa de tu madre.
Pienso que en poco tiempo se me escapará de las manos mi pequeña Sofía. Ya tiene dieciséis años y quiere estudiar Pediatría en Sao Paulo. De sólo pensarlo, se me rompe el corazón. Y tú sabes que mi corazón ya se ha roto algunas veces en estos últimos veinte años.
Siento nostalgia de algunos amigos que no veo desde hace tiempo, incluso años. Sería bueno saber de cada uno de ustedes y que nuestras esposas y maridos fuesen amigos, nuestros hijos también, cómo éramos nosotros en la adolescencia.
Envía noticias tuyas, de Joao tu marido, y de Artur. Aún guardo aquélla foto de tus ocho años y la fiesta en casa de tu madre, pienso que ahora le agrado más que antes; no sé si ella te lo ha contado, pero hace algunos meses, ordenando viejas fotografías, encontré una tarjeta con su teléfono y algunos días después, desde la ciudad, le llamé, conversamos con alegría y ella también se emocionó. Voy a seguir pasando algún tiempo por aquí, me gustaría invitarlos un fin de semana aquí en la hacienda.
Marina les manda besos, recibe muchos cariños de tu amigo.
Diniz.
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