A la diestra del pan reza el trigo
fecundo su oración de espigas
a merced del cielo la noble semilla
prodiga en el nombre del padre sus besos
de grana dorada y ofrenda ante el hijo del hombre
su carne robusta y su sangre de fécula blanca
como leche cruda.
Herido el costado del grano sufriendo el
molino que estruja, el trigo repite incesante su
oración de espigas y en gesto solemne se
ofrece a las bocas ansiosas que aguardan en cualquier
mesa su pan oloroso.
En el nombre del hambre del hombre
y del pan, por los siglos de los siglos
Así sea.
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Texto agregado el 03-10-2009, y leído por 148
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