Ecos de misteriosas canciones
Forman granizos y se precipitan,
Que a los primaverales árboles
Los lleva hacia involuntario otoño.
Huyo a orillas de un río pedregoso
Opaco por la impertinencia del color
Ámbar del tiempo.
Y al beber las aguas otoñales
El sonido fecundo se visualiza
Demente voluptuoso.
Las vagabundas notas
Hinchan la atmósfera y
La dilata en un calabozo
De plomizas paredes de frígido viento.
¡Son canciones de horror!
No reconocidas en claros cielos
Pero en tétrica estación
Hasta descifro su ritmo en éter profundo.
¡Bóveda gélida!,
Devela un mundo de rocas laberínticas
A puertas de río silente.
Verdades ocultas en feliz púdico andar
Y cuando el alma gimiente se descubre y domina,
En oscura atmósfera corrompida,
El eco resuena claro, límpido y violento.
Texto agregado el 02-10-2009, y leído por 129
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Lectores Opinan
07-05-2010
todo lo que el poeta toca o canta se impregna de lo oscuro y otoñal de su interior, como si los ecos vinieran desde nuestro interior, y sólo al estrellarse con la claridad de lo exterior brotara la canción, tantas veces terrible a nuestro oído. quilapan
02-10-2009
Imágines que quedan haciendo eco dentro del que las lee :) fulana
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