Y es de noche pero su luz hace parecer de día.
Y ella está ahí sola.
Y ella está ahí, tan azul como el cielo, tan rosa como sólo su piel puede ser.
Y ella es transparente, pero grita con su presencia.
Y ella está ahí, cubierta de porcelana invisible…
Y ella es dulcemente intocable… y está sumergida…
Y ella es fuego que no se consume en el agua…
Y ella tiene los ojos cerrados, pero mira el cielo…
Y ella tiene en sus labios una sonrisa… y un beso…
Y ella grita “¡libertad!” mientras susurra con su respiración que por cierto se escucha más fuerte bajo el agua…
Y ella no escucha nada más…
Y ella sólo escucha el sonido del agua… y el de su respiración…
Y es bella, y es frágil, y es fuerte… porque no se hunde
Y levanta su mano para tomar una estrella, mientras que con la otra, sigue acariciando el agua…
Y ella respira... y el aire es frío, pero no la congela, por el contrario, el frío lo hace brillante, como el agua…
Y tiene flores… se quedaron enredadas desde su último vuelo, que por cierto fue en una noche de tormenta cuando el aire tenía olor a eucalipto…
Y ella está ahí, muda y susurrando…. Y gritando, con su presencia transparente, con sus flores y estrellas…
Y ella esta ahí soñando.
Y ella está ahí cantando de nuevo.
Y ella está ahí, ella es de fuego…
Un fuego que no se apaga con agua, al contrario vive con ella…
Vive con ella mientras toma algo de cielo…
Mientras vuelve a su origen, las estrellas.
Y ella está ahí y sigue ahí, viva.
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