Dibuja el contorno de mi boca
con la tersa piel de sus dedos,
dúlcemente me acaricia;
acomoda suavemente
mis cenicientos cabellos
despeja amorosamente,
mis pálidas mejillas.
Me susurra cuánto me ama
muy, pero muy quedo;
sus palabras son la brisa
que eleva mi alma,
éxtasis de amor eterno.
Abraza mi cuerpo lívido
mi cuerpo que yace inerte.
Ella, que de mí obtuvo la vida;
ella, que de mí no se desprende.
Desgarra ser motivo de su tristeza
cuánto duele esta partida
¡Niña mía! es tan sólo la muerte.
Texto agregado el 30-09-2009, y leído por 200
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
08-10-2009
yo si digo que tiene la bastante calidez para el titulo muy bien. santacruz
30-09-2009
Es un poema increíblemente hermoso. /// No es fácil abordar el tema de la muerte y así como lo has hecho tú sucede que el amor se aferra a lo que queda mientras la muerte se lleva la esencia. logan5
30-09-2009
Ohh!! diria q es mucho titulo para tu obra...!!! pero lo que diste a enteder habla por si mismo!!! y la ultima frase!!! me parece cool!!! para que preocuparse x la muerte"" pasas por mis textos! MOIR
30-09-2009
calido, cursi y funebre fluoxetino
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