Dedicado a juanday, muerto de frío.
Ay, Martina, estoy molida. No sabés. Servíme un tecito de tilo. Este mundo está podrido, Martina. Terrible. Un video de unos tipos que matan focas bebés a palazos. Sí, en el polo norte, Martina. Qué barbaridad. No. Y lo peor es que lo ven los chicos, pobrecitos. Espantoso, sí. Se bajan de los barcos y matan a las foquitas para sacarles las pieles. Canadienses, los hijos de puta. Un horror. Lo pasaron por la tele a las cuatro de la tarde. Sí, a las cuatro. Los chicos, Martina, por dios. No es para chicos el que unos desalmados maten foquitas a palazos, Martina. Claro que no. No hay derecho. Nachito, mi sobrino, parece que se puso mal, Martina. ¡Claro que no es para menos! ¿A vos te parece un espectáculo para un nene de diez años? Dios mío, Martina. Ponéme un poquitito de canela, por favor. No sabés. Nachito, pobrecito. Sí, claro que es el hijo de Norita. El padre, Martina, un vago; pero el nene qué culpa tiene. Bastante violencia con el noticioso. Y nada, nada, que viste cómo son los chicos. El Nachito, pobrecito. Sí, claro que se angustió con lo de las foquitas, Martina, qué querés. Y nada, viste cómo son los nenes a esa edad. Ah, no. No, eso no, Martina; no se puso a llorar. No. Agarró la escoba y mató a palazos a la gata de doña Elvira, la del cuarto B. Viste. Qué barbaridad entre la televisión y el vago de mi cuñado. Sí, así está el nene. Terrible.
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