Y marchar para mudar la piel y las ideas,
para renacer de la tierra y con ella,
para beber con gusto las estrellas
y mojarse del misterio infinito del cielo.

Marchar para volver a la inocencia infantil
y devolver la amistad, despacito y con ternura; marchar para reir en secreto en medio de un gran valle...

Marchar, para decapitar las prisas del vivir,
marchar...para afrontar el miedo del regreso.

Y marchar para, vivo, volver a la vida de otro modo. Con energia y paz.