Tengo una almohada azul con muchas pelusas, pelusas que se le hicieron por sueños olvidados, llantos absorbidos y tristezas desoladas, mi almohada no solo está llena de fracasos, también tiene pelusas de pequeños o grandes logros, pelusas de postres, galletas y pasteles, de risas con mi prima y tardes con mi novio.
De peleas con mi madre, mis hermanos o mis primos, de besos de personas que solo he visto una vez, de las que no les pregunte su nombre, de la que no me preguntaron el mío, de las ganas que tengo de besar al chico que no habla y me deja platicar sola como si estuviera loca.
Mi almohada se llena cada día más de pelusas, por las cosas que hago o dejo de hacer, por las que termino y por las que nunca empiezo.
Pero mi almohada ya se está sobre poblando de pelusas, y tengo miedo de que al no encontrar más espacio en la almohada azul infesten mi cama, suban a mi cuerpo, tapicen las paredes y cubran las ventanas, por eso hare algo inusual, me pondré a regalar pelusas.
Si alguien necesita pelusas de recuerdos, amigos, amores, peleas, maldiciones o lo que se les ocurra, favor de comunicarse conmigo, con gusto les obsequiare la pelusa que más les agrade.
Ed |