Angel:
¿Celos de qué? No vale enojarse. ¿Celos de qué? ¿ O debo creer que te has enamorado de mí?.
No importa, porque los verdaderos amigos se valoran cuando se pierden, y tú has decidido terminar conmigo. Acéptalo.
Si nada quieres conmigo, agradezco el privilegio de que me consideres. Hemos compartido
momentos maravillosos e inolvidadables, (como
cuando te robé un beso, y dijiste que lo dejemos al tiempo, porque éste decidiría tus sentimientos hacia mí).
Aprendí a conocerte con tus errores y aciertos. No valen ahora tus lágrimas, porque no las merezco. No hables mal de mí, porque siento, que nada malo hice. Si cometí algún error, discúlpame.
No olvides que siento un cariño entrañable por tu marido, por tu hijo, y Jano, mi mejor amigo.
Asume, olvida y supera tu orgullo, que a veces, no te permite dialogar. Aprende a perdonar y no seas rencorosa. Sólo así se encuentra la paz espiritual.
Siento que no es justa tu apreciación con respecto a lo que pasó con la Ode en la fiesta. El conversar con alguien no significa necesariamente
involucrarse sentimentalmente, el bailar tampoco.
No pretendo justificar lo ocurrido, sólo conversamos. Y lo hice entendiendo que cada uno tiene sus problemas, y el de ella no es diferente al de todos. Ustedes son amigas, y probablemente en su momento te confidenciará lo que le está sucediendo.
Quizá no fue el lugar ni el momento para conversarlo: ENTRE ELLA Y YO NADA EXISTE.
No tengo ningún interés por lo material; no insistas al respecto.
Puedes venir a mi casa ( como amiga cuando esté con ella, y venir cuando yo esté solo). Tú sabes que ella te tiene un cariño y
aprecio especial.
Toma tu tiempo. (Es el mejor amante). Analiza y reflexiona: sólo así entenderás porqué
suceden las cosas, y decidir si seguiré siendo tu amigo.
Cuando tengas todo resuelto si quieres me
llamas. Tal como te dije, yo sé que cuando te sientas sola y perdida correré como siempre a ayudarte.
Con la libertad que dan los sentimientos, puedes romper o quemar esta carta: lo que no podrás romper o quemar es nuestra amistad, que es una obsesión, casi amor...

Tuyo,


Mauricio.