Usted siempre lo supo, soy como soy,
una brisa que apaga una vela,
un viento que arrasa el sembrado
dejando en llamas las espigas maduras.

Así como me ven sus ojos detrás del iris,
confundiendo a la pupila con la luz,
así soy, claridad total en su mente,
oscuridad absoluta en la razón.

No tenga dudas, no merezco su amor
pero lo tengo aprisionado, entre mis versos
y usted vuelve y vuelve y vuelve ,
con esos temores infantiles que lo empujan.

Es como la polilla que atrae el fuego
y se quema una vez y otra y otra y otra.
sin dolor ,sin morir, sin perderse.
Por esa inmortalidad, es que me hace suya.

¿Acaso es culpa mía, desordenarle el alma?
Usted siempre supo como soy, brisa o viento
y tolera esta pasión irredenta, incomprensible,
por tan solo las migajas del banquete.