Inicio / Cuenteros Locales / EL_RETO_GANADORES / Reto12 PROSA Ganador grauer wolf \"La Bestia
La bestia
Sus tacones sostienen las curvas de más de un metro, mientras otro día pálido se asoma al otoño. El vaivén de sus caderas arranca suspiros a las aceras y su garbo se refleja sobre los charcos de lluvia abandonada. La presencia de la mujer en este barrio de mala fama contradice toda lógica y no puede tener otro desenlace que el fatídico final de una crónica de sucesos. Camina despreocupada, hasta que cree vislumbrar por el ángulo del ojo una mancha que se escurre y se adhiere a la estela que dejan sus tacones.
La bestia estudia con ojos porcinos a su víctima. En pocos instantes se convertirá en su juguete. Sus labios carnosos se separan para emitir un gruñido. El tajo de su lengua se arrastra por
un paisaje de marfiles podridos.
La devora con la mirada mientras su pulgar se pasea por el filo de la navaja en el bolsillo del gabán. Con placer se lame la sangre de su
yema herida antes de ir a a por ella... La cacería ha comenzado.
Lo ve venir, es una masa voluminosa que se le echa encima. Percibe el fétido olor. El habitual aplomo de la mujer es ahora sudor frío. Con el terror saliéndole por los poros, se cuela en un
callejón, en una rendija de negrura.
La bestia no pasa de largo, se planta delante de su escondrijo y escudriña la oscuridad. Qué suerte, hoy es su día; escucha extasiado el latir desembocado de ese corazón que pronto
encerrará en su puño, y la respiración entrecortada de esos pulmones que en segundos va a despedazar. No le interesa la mujer,
tampoco busca sexo. Su único deseo es destrozar ese hermoso juguete.
No se calmará hasta que la última gota su sangre haya regado
el asfalto. La bestia se abalanza hacia su presa...
Pero se detiene estupefacto. Atónito observa cómo un
cráneo alargado emerge lentamente de las sombras. Dos esmeraldas
taimadas lo perforan; le dirigen una mirada que se deshace en burla, en ironía y sus mandíbulas revelan una sonrisa letal atestada de
colmillos. La bestia experimenta por un instante lo que es el miedo antes
de que su cráneo estalle con un crujido entre las fauces del reptil.
Finalizado el festín, únicamente los huesos de la bestia se esparcen por el suelo. Ella, otra vez mujer, saca un espejo del bolso y se
pinta de nuevo los labios; y después de arreglarse coqueta las ropas, se aleja por las aceras junto al eco de sus tacones.
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Texto agregado el 28-09-2009, y leído por 186
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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28-09-2009 |
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Felicitaciones. ceibo |
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28-09-2009 |
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Un relato inolvidable, me quedó grabado desde la primera vez que lo leí y se llevó por supuesto, mis tres votitos. Un beso y todas mis estrellas. Magda gmmagdalena |
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28-09-2009 |
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Muy bien montado y además, me gusta la temática. Un baboso machista y deseperado descubre que la mujer es más de lo que ha querido creer.
Bueno, yo ahí encuentro esta metáfora jejeje y esa es mi libre interpretación. Salut!! Selkis |
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