No era un bosque.
La mesa en un rincon sombrio y dos sillas. Una ventana lejana, altisima, las baldosas tapadas de polvo y un viento que entraba por no se sabe donde.
Lo que quedaba del resto de las habitaciones destrozaba mis sentidos hasta las lagrimas. Desde el suelo y desde la otra esquina, contemplaba aquella mesa. Me atrapo un unico recuerdo y de el ya no pude escapar.
El cuento.
Estabamos en aquella mesa, con mis padres y el cuento del bosque, cuando por la ventana vimos a una ardilla. Y luego otra.
EL recuerdo en nuestra historia es un capitulo ciego, sin proliferacion y que no continuara.
Texto agregado el 26-09-2009, y leído por 131
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