No importan frío o calor
ni sus intermedios.
Sólo algo casi indefinible
pues es difícil hacerlo.
Resta únicamente
la sensación final.
Cuando acude a encontrarnos
nos transforma.
Aunque sea perecedera
la necesitamos.
Entonces a ella nos adherimos
aferrándonos muy fuerte.
Quisiéramos hacerlo
para siempre...
hasta la muerte.
Texto agregado el 26-09-2009, y leído por 292
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