Aguarda, agazapada la rutina, crea vocablos de descontento. Entonces la vida es algo que siempre falta. Se alargan los caminos o incluso desaparecen. Así en las sonrisas comienza a quebrarse la alegría. Los extremos se rompen, las flores no se despliegan. Hay chispas equívocas rondando las miradas. Las palabras ya no dicen. Sólo logran dar color las situaciones nuevas y los encuentros.
Texto agregado el 26-09-2009, y leído por 230 visitantes. (4 votos)