Las veces que no te dije que te amaba.
Las veces que no te dije que te necesitaba.
Me hacen daño y me destruyen hoy.
Mueren solas con el llanto de mi corazón.

Ahora veo el cielo azul y esas nubes blancas.
Hoy las aves me cantan,
y me dicen que ya no estás.
Que ya nunca más regresarás.

Y me siento tan culpable.
Éste corazón ya no es palpable.
Se extinguió con el tiempo.
Es que ya pasó ese momento.

Sé que no soy poeta ni trovador,
ni alguien que pueda hacer revivir el amor.
Pero si sé que soy una persona virtuosa
y hoy serás tú quien se arrepentirá de ésta cosa.

No resulta fácil al ser una persona tan frágil
despertar el alma hoy que ya no existe más la calma.
Los días se van tan rápido y el tiempo pasa tan veloz.
Hoy siento que ya no tengo ni amigos...
Vuelo solo hacia la oscuridad como un torogoz.

Sé que muy dentro de mí siempre escuchas mi voz.
Simplemente no importa porque de tus amigos tu sos
en quien piensan y con quien sueñan.
Al ver tu presencia nunca sus ojos cierran.

Lo más difícil de este amor
es que no quiero que termine en rencor.
Que no hayan lazos ni cadenas.
Que confíes en contarme todas tus penas.

Sé que seguirás siendo niña y mujer.
Seguirás esperando a quien amar y querer.
Mi princesa rosada, por siglos esperada.
Hiciste que olvidara mi escudo y mi espada.

Por el hombre deseada.
Por mujer envidiada.
Al amanecer y atardecer,
tu belleza no acaba.

Mis ojos te observan.
Mis manos te claman.
Por favor... ¡Corazón!
¡De mí ten compasión!