Clara la mañana, primaveral,
columnas de luz cercanas
me alumbran, me hacen cálido
y visitan los retoños del jardín,
tienen vida, respiran,
danzan enlazadas, elevándose,
hablan, se escriben,
con las voces en mis fronteras,
obreros gritan y bromean
en vecindad cercana,
siento vida cierta, futuro
y confianza duradera,
aún las encrucijadas persisten,
tienen cabezas y se hidratan,
pero mi actitud es ya distinta,
diferentes mis palabras,
mis sacros versos se han disipado,
la misma luz que visita mis flores,
me desviste de negruras,
y me siento bien, creo, miro,
me observo desde mis ocho pasos,
desde tu compañía, tu amor, el mío,
te abrazo bajo la luz, te tomo en luz,
y camino, camino cauto, recto,
con tus manos atando las mías,
con tus armonías y cadencias,
con mi cuerpo ceñido al tuyo.
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