Comprendo que la distancia entre las concepciones cosmológicas de los individuos que conciernen a la situación, son distancias que no puedo agrandar más de lo que ya han de estar. Sus visiones son incomparables, pero ,irremediablemente, fuera de mi alcance, incluso fuera de su propio alcance. Contemplo con flujo de palabras:

“No tienen valores”, “no tienen ideas”, “no tienen…”
me dicen los ancianos, me argumentan los adultos,
pero como individuo perteneciente a la misma sociedad que ellos,
les tengo que reprochar lo que he de aclarar.

No “comparar”, sin antes analizar
lo que se han de encontrar.
no “generalizar”, sin antes hacer uso de la minoría y mayoría
como en la política que practican.
no “argumentar”, sin antes cerciorarse del hablante
qué como explicó Sócrates,
lo desconocido no es de nuestros miedos el persecutor,
sino la ignorancia de continuar en lo “conocido” y alejar lo “desconocido”

Entonces, queridos maduros hablantes del saber, contemplen a su alrededor
lo que han de ver sin antes escuchar palabras sin intención,
pero que nacen desde el corazón, con una pequeña insinuación,
que ha de hacer la mente de una alimentador.

Por lo anterior, le he de conceder mi palabra a todos los que se identifican en mi sociedad, pero he de predominar mis sentidos como los valores, que por oscuros que parezcan, les hago contemplar un horizonte que ellos han de identificar, pero no de recordar; y expresando el sentido que ha de tener el valor de lo que ahora comunicando he de mostrar.
Y con mis palabras les hago de nuevo recordar, que no se trata de confiar en lo que nuestros ojos nos han de proporcionar, sin antes considerar que nuestra boca nos puede ayudar:

Se confían de sus intuiciones “antiguas”,
con el prejuicio de pronunciar con altruismo, una resonante palabra
que sonará coherente con su hablar, pero impertinente en su pensar.

Nos mandan con nuestro “amigo” el libertino,
nos condenan con su “enemigo” el moral,
pero no consideran que nuestro “amigo” no es un liberal,
y dejaron atrás al “enemigo” que no es más que un clandestino.

Estamos por los suelos, pero por los suelos hemos de andar,
para mirar con el sentido del modernismo
al que debemos nuestro mal sentido
pero del que nos separamos en nuestro soñar,
y sin perjudicar el amar
nos colocamos en el cometido
de continuar con el viejo socialismo,
cuál ustedes se han de adueñar.

Y les mencionamos nuestro sentir
escondiéndole en palabras obsoletas con sentidos banales,
que les han de recordar lo que conocían como el competir,
sin recordar que no fueron los cordiales.

De nuevo, al explicar, mencionando sin dejar de hacer el hincapié del modernismo que nos absuelve, pero que a pesar de aquél argumento inespecífico, conocemos lo que nos hace la sociedad actual. No es de vivir actualizado, porque hasta los ancianos viven actualizados, sino de la actualidad de la juventud, quienes en su sentido y sus razones, por dentro de su ser por más falso que nos parezca, no perdemos de vista lo que valoramos con el sentir de la experiencia corta, pero pronta:

Son de la amistad la influencia y la pasión,
son del corazón los sentidos sin razón,
son de la lógica la característica ínter sensorial
que con el paso de los años nos cultivarán,
por donde los senderos no han de recordar,
que ustedes los vividos nos habrán de reprochar.

Y nos llamaron “al vacío”,
y nos lanzaron por “la borda”,
sin perder el tino de sus acciones,
con imprudencia les dijimos:
“Debajo del agua, lo que no se ve con claridad, se mal interpreta con facilidad”

Y podría escribirle a una razón que depura en la nueva generación, en la nuevas características que concretan el mundo al que pertenezco, a las nuevas formas de expresar, que se han colocado en su merecido lugar, por lo que significarán. Pero mortificar más lo que he mortificado a la mente de los que me llaman fenómeno, por el cambio que impongo al actuar, me he cansado de mencionar, que el generalizar no es más que escudarse a las palabras que conllevarán a la comunicación que nunca han de tocar.

Los valores de nuestra sociedad, no están totalmente perdidos como ellos afirman, porque al final dentro del mundo individual todos tenemos un valor por el cual actuar.