Rossou
Cuentan que en un reino olvidado de un país del que no recuerdo el nombre, vivía un panadero llamado Luis, quien tenía un pequeño asno, tan pequeño que no podía cargar un saco de harina. Todos en el pueblo se burlaban del pobre panadero y de su asno enano; eran la comidilla de las viejas chismosas y los niños, de vez en cuando, le gastaban un buen susto.
Esa tarde, cómo de costumbre, Luis regresaba a su casa por el camino real que conducía hasta la villa donde vivía cuando un grupo de pandilleros armados con estiércol en mano empezaron a bombardear al panadero y su asno. La lluvia de excrementos cayo con furia sobre ellos y aunque el panadero trato de correr, su asno se había petrificado del miedo y dando rebuznos empezó a dar círculos en el mismo lugar, hasta que en medio de esa confusión pateo a su dueño quien con un dolor inmenso saco su bastón y aporro en el lomo a su animal y le grito enfurecido.
Bestia sucia y bruta porque me avergüenzas así y me haces esto-y Luis se arrepintió del regalo que le habia hecho su difunta mujer y se maldecia y preguntaba porque le habria dado a aquel burro enano si para nada le servia, solo lo llenaba de humillaciones y problemas.
Asi pensaba el corazon del panadero, lleno de furia sin darse cuenta de que Russou, su asno, escuchaba cada pensamiento de su corazon y triste, bajando la orejas y la cola siguio a su amo hasta llegar a su casa donde Luis lo enserro en su establo.
Esa noche en su corral Rossou lloro como nunca, su amo lo habia despreciado, se sentia mal y sucio “bestia” lo habia llamado cuando siempre se referia a el como “amigo”. ¿Que podía hacer? ¿Como podía cambiar?
De esta forma Rossou pasó casi toda la noche pensando, deseando ser algo distinto para agradar a su dueño.
- Daria cualquier cosa para poder cambiar de aspecto-penso Rossou entristecido
De pronto se escucho un “puf” y aparecio enfrente del asno un duendedesillo de las montañas, un Pelgüertim que le dijo:
- Ah, ¿conque quieres dar lo que sea por cambiar quien eres?-Rossou asintio-Iinteresante, muy interesante. ¿Y que me vas a dar?
Rossou penso detenidamente que podria darla al duende y despues dijo:
- Tengo unas monedas de oro enterradas aqui-dijo señalando aun rincon del establo
- Creo que eso servira.Trato hecho-dijo el duende con voz melosa y cogiendo las monedas-¿Y en que quieres que te convierta?
- Estaba pensando en un hermoso corcel blanco.Si, un corcel grande, hermoso y blanco.
- Oh, eso es tan, tan patético-puntualizo el duende. No creo que le gustaría a tu amo, confia en mi, yo se que es lo que a el le gustaría.
Rossou dudo, meneo la cola rebuznó y luego dijo:
- Esta bien, que sea lo que tu decidas.
- Gracias- dijo el duende maliciosamente mientras se reía entre dientes
Auto seguido, hiso un movimiento con el dedo índice mientras que unas chispas plateadas salían de el y envolvían al pequeño asno y junto con una explosión mágica aparecía ante el duende un hermoso pavorreal de bellísimos colores
- ¿Que te parece?
Rossou se miro en una cubeta llena de agua que había en un rincón y vio con asombro en lo hermoso que era y su corazón se enorgulleció.
- Oh, gracias duende, muchas gracias.
- De nada -dijo el duende y con un movimiento rápido de su mano y en un remolino de paja y polvo desapareció.
La noche casi llegaba a su fin y aunque aun faltaban solo unas horas para el amanecer, el cielo estaba oscuro y cubierto de estrellas resplandecientes. Rossou miro al cielo, abrio su hermosa cola y mientras miraba una estrella fugaz suspiro, se acomodo en un rincón de su corral y se durmió.
Los rayos del sol comenzaron a salir mientras su manto cálido cubría todo el valle del pueblo. Era una mañana hermosa y Luis se acababa de despertar, y como siempre hacia, fue a visitar a su amigo Rossou.
Bostezando y soñoliento llego a la entrada del establo y llamo a Rossou, espero unos minutos, pero al ver que Rossou no salía entro y se quedo atónito con lo que sus ojos vieron.
¿Donde estaba su mejor amigo Rossou y quien había traído esa hermosa ave? El panadero se lamento, grito y despertó a esa ave, al nuevo y renovado Rossou.
- Hay Rossou, porque te escapaste, que locura. Todo es mi culpa.-dijo Luis con los ojos anegados en llanto.
-
Rossou no sabia que hacer, queria decirle que el era esa ave hermosa y en un intento desesperado se le tiro encima, pero Luis pensando que lo iba atacar, sin pensarlo dos veces, agarro una pala que había cerca y desesperado, tratando de esquivar al pavorreal le dio dos fuertes golpes en la cabeza.
El ave cayó fatalmente herida, entonces frente a los ojos de Luis el pavorreal se transformo en un asno lleno de sangre, respirando entrecortadamente, entonces, el panadero grito desesperado:
¡No!, no puede ser. Rossou!-el panadero se lanzo encima del cuerpo moribundo de su burro y lo abrazo y le dio un beso en la cabeza-¿Que he hecho Dios mío? No te mueras, perdóname, perdóname Rossou. Tú no eres una bestia, eres mi amigo. Perdóname.
Luis lloro sobre su amigo hasta que el ultimo aliento de Rossou se escapo mientras una lagrima corría por sus ojos. Luís no pudo soportar tanto dolor y su corazón débil ya por la edad y la tristeza de perder a su esposa y ahora a su mejor amigo colapso y murió.
Moraleja: Aceptarse uno mismo es el principio de la felicidad, la incorformidad acarrea la pena y ser uno mismo es mas importante que nada.El sol tiene manchas pero aun asi nos calienta.Uno nunca sabe lo importante que puede ser el cariño de alguien hasta que lo pierde.Vive la vida, vivela bien y no te averguenses nunca de ti o de alquien a quien quieres.
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