RELATO DE UN GUERRERO
Escrito por: Daniel Ocasio
El ocaso ha caído sobre los que marchamos hacia el horizonte. El compás unísono de las botas metálicas nos marca el paso a la formación. Nos vemos firmes y listos para lo que nos aguarda; aunque sé que en su interior muchos se derrumban y tiemblan. El frío y el silencio nos arropan, el cual a veces se interrumpe por algún murmullo.
Mientras marcho, me pregunto que ocupa la mente de los que me rodean. ¿En que estarán pensando? ¿En que medita un soldado, guerrero, caballero o un paladín cuando marcha hacia el campo de batalla? El amor de su vida, la familia, los hijos, el hogar, la gloria, la muerte, el cielo, el infierno. Algunos pensarán en la apariencia de sus enemigos. Otros en su entrenamiento y capacidad. Ahora todas esas ideas recorren las mentes de una multitud. Las imagino saltar de una cabeza a otra, como niños que juegan corriendo en una plaza. ¿A que nos llevan esas ideas? Solo a una cosa; a la pregunta que finalmente nos hacemos todos en algún momento, cuando decidimos enfrentar nuestra realidad. ¿Vale la pena arriesgar todo por un reino? ¿Porque debemos seguir a reyes avaros que solo desean tener mas riquezas; sin sentir ninguna consideración hacia la vida? ¿Que hay en esas tierras lejanas que nosotros podremos merecer mas que los que habitan en ella?
Las horas transcurren mientras que el camino se hace largo. La armadura pesa más que antes y el escudo que cargo en mi espalda me empuja hacia mi destino. Entonces un impulso me lleva a apoyar mi mano en el mejor amigo que he tenido en toda mi vida. Acaricio su empuñadura suavemente antes de apretarla con firmeza. Sentirla entre mis dedos y saber que cuelga de mi cintura me brinda seguridad. En ese momento invaden mi mente recuerdos de gloria y sufrimiento que mi espada y yo hemos pasado juntos. Todas las tierras que en el pasado hemos arrebatado a nombre de un tirano; cegados por nuestra gloria como conquistadores.
Al amanecer nos encontramos de frente con nuestro destino. Un mar de lanzas y espadas nos reciben entre gritos de guerra. Rostros fieros de hombres con apariencia inquebrantable que defienden su hogar, pero que por dentro son iguales a nosotros. El sonido de los cuernos nos notifica que ya ha comenzado. Ambos bandos se acercan rápidamente hasta estrellarse. La formación se mezcla en la confusión. El caos invade nuestro alrededor. El alboroto, los lamentos, el sufrimiento. Todo es como si el infierno hubiera abierto sus puertas entre nosotros. ¿En que pensamos en ese momento? En nada más que sobrevivir. En poder eludir el acero del enemigo y volver a casa.
Mi espada, guiada por mi mano, traspasa la anatomía de mis semejantes. De seres humanos que sangran, lloran y sufren igual que yo. Veo extremidades caer a mi alrededor; tiñendo de rojo el suelo que piso. ¿Vale la pena arriesgar todo por un reino? Eso era lo que ocupaba mi mente el momento en que sentí el frío atravesar mi cuerpo. La vista se puso nublada y las rodillas me fallaron. Entonces sentí que mis manos acariciaron la tierra. ¿Donde esta mi mejor amigo? ¿Donde esta la espada que me acompañó por todo este tiempo? La sangre recorre mi espalda. Se extiende caliente sobre mi piel, cubriéndome rápidamente. Me aterro al tocar a tientas las figuras que me rodean. Personas que ya han pasado al otro lado; y que ahora esperan mi llegada. ¿Como me recibirán? ¿Me cuestionarán por mis actos? ¿Quién me recordará cuando me haya ido? Eso no lo podré saber; porque ahora me iré para nunca mas volver.
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