Llueve y no se detiene.
Es una invitación para confesar.
Me declaro, sin mas, culpable,
de amarte sin remedio.

En mis temas no dudo y te rodeo
inevitable, estirando la permanencia en vos.
Arropo tus silencios, acaso los que duran mas.
Atesoro en mi ser tus íntimas tibiezas.

Me declaro ante vos, querida,
culpable , pues lo soy.
Por amarte como lo hago
sin pensar los tiempos del cariño.

Camino, acostando los ruidos necesarios,
asomado a tu existir vivaz.
Ya no habito en la nada
pues tu dulce mirar me contiene.

Por eso mojo mi pluma imaginaria
en el sabor que capto de la vida.
Son los gustos que no he de olvidar.
A tu mismo lado deseo caminar.