Aún casi puedo sentir
el aroma delicado de los ojos
- y que no son sólo ojos -
porque allí, hay negro firmamento sin estrellas
donde vuelan amapolas perfumadas de sol
ungidas con el agua y con la tierra,
y junto a la miel ambarina de los labios
- y que no son sólo labios, -
se mezclan, en delicados pétalos
de madera de sándalo y sal,
escarchados con fresca luz de fresa;
Y en sus comisuras, de hierbabuena
y ron,
se confunde la fuerza cristalina de las manos
- y que no son sólo manos, -
porque allí, son la caricia que duerme los trigos
y la hiedra que se abraza al rocío
como se abraza la raíz a la corteza,
y son el manto - de madre - protector,
que en los ríos mece las piedras.
Aún casi puedo sentir que estas a mi lado;
Porque son mis ojos los que aun te encuentran,
y mis manos, que te han esculpido, aun te añoran,
junto a mis besos que me alejan del olvido
cuando allí, en mis sentidos,
se me devuelve el aroma
de tu tibieza.
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