Anuncios, postes y calles
deambulo entre los autos y las luces
entre los días y las noches
las plazas, las farolas y los parques.
Cyber cafés, tokatas y universidades
advenedizo, siempre de incógnito
de extranjero, de extraviado
expatriado y trasplantado,
siempre de alienado, pájaro extinto
de individuo ajeno y forastero
soy ente invisible y fantasmal
sobrevolando de visita
en la ciudad que me aposento.
Recorro cines y fuentes de soda
aterrizo en medio de pubs
discos, restaurantes y teatros,
centros culturales y museos,
aun cuando hago devoto apostolado
por antros, chicherías y chinganas,
siendo parroquiano asiduo
de piojeras, parrilladas y tabernas,
amante proverbial del teletrack
de las fritangerías y los topless,
venerador hecho y derecho
benefactor sectario
adorador incansable
de sucuchos y pocilgas,
de clandestas truchos
y tránsfugas picás de mala muerte.
Y siempre aleteando todo el tiempo
voy y vuelvo en viaje inacabable
matiné, vermouth y noche
transito, marcho, emigro
me ausento de ida y de regreso
haciendo de la vida misma
una travesía, una excursión
itinerario de aventuras
miles de mapas y trayectos,
avatares de riesgos y peligros
alunizaje de equinoccios y solsticios,
peregrinar romántico y eterno
de saliva, lenguas y mordiscos
fragancias, sudor y sangre,
ardores, estallidos y parálisis
melodías, trampolines y pactos,
fulgores, resplandores y flechazos
alaridos, gemidos y silencio.
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