Una noche impecable. Las estrellas dominaban la imagen del cielo y la luna en cuarto creciente se recostaba sobre el oeste. Raúl y Ximena circulaban por la ruta en su flamante auto. Eran un matrimonio feliz, ella tenía cerca de treinta y cinco años, él le llevaba casi 20 años de diferencia.
Cada tanto solían dejar a los niños con sus abuelos y pasar la noche en algún hotel de la ruta, la compra del nuevo auto les dió el motivo para ir a festejar, aunque cualquier cosa era una buena excusa para hacerlo. Acostumbraban a salir cada tanto solos a disfrutarse mutuamente.
Se habían conocido en una fiesta ocho años atras, en el cumpleaños de Natalia, amiga de ambos, donde él no le quitaba los ojos de encima. Estaban muy enamorados el uno del otro y además se enorgullecían de estar juntos.
Habían cenado en el restaurante en que solían hacerlo casi todos los sábados a la noche. El lugar era una fuente de inspiración desde que entró a trabajar Oscar, un moreno colombiano. Luego de cenar se habían dirigido al lujoso hotel. Estacionaron el auto en el garage de la cabaña, descendieron y entraron. Pidieron champagne, brindaron, bebieron y rieron sentados a la pequeña mesa. Luego ella se sentó sobre él para besarlo tan apasionadamente como siempre y se puso a bailar sensualmente sabiendo que lo enloquecía. Ximena volvió a sentarse sobre él, pero esta vez de espaldas, para seguir moviéndose y frotándose sobre Raúl, quien besaba su cuello mientras sus grandes manos buscaban sus pechos.
La temperatura corporal estaba llegando al máximo y cada vez que eso sucedía, las palabras cada vez eran mas fuertes y las fantasías mas excitantes fluían. Fue así como Raúl le murmuró al oído si le gustaría hacer con Oscar, el mozo colombiano, lo mismo que estaba haciendo en ese momento con él. Ella respirando excitada le dijo que si y notó que el sexo de su marido se ponía mas duro, pues ella también se imaginaba con Oscar.
Las prendas practicamente volaron —sobre todo las de ella— y en la misma posición él la penetró de una manera algo violenta, como a ella le gustaba. La excitación era mucha, por lo cual llegaron rápido al primer orgasmo.
Luego se recostaron en la cama uno al lado del otro y volvieron a jugar con sus manos y sus labios. Tocaron nuevamente el tema de Oscar y Ximena notó que Raul se excitaba mas de lo común al mencionarlo. Le preguntó si le gustaría verla teniendo sexo con el colombiano, a lo que él le dijo que hacía rato que lo venía imaginando. Ella le fue describiendo paso por paso cómo sería el encuentro, para hacerlo excitar mas a su marido. Se le subió encima mientras le seguía contando lo que era capaz de hacer con ese muchacho y con lenguaje cada vez mas soez, le hizo el amor.
Volvieron a beber un poco de champagne, y volvieron a hacer el amor. Antes de quedarse dormidos.
Al día siguiente pasaron por su casa para cambiarse de ropa e ir a buscar a los niños a lo de los padres de ximena.
Un mes y medio después estaban tomando un café en un bar cercano para hacer tiempo. Estaban algo nerviosos, sobretodo ansiosos. Cerca de las dos de la mañana salieron del lugar y se subieron al auto, fueron hacia la esquina del restaurante donde habían ido a cenar y estacionaron. A los cinco minutos Oscar abrió la puerta y se sentó en el asiento trasero. |