Un mensaje del adiós.
La sonrisa ha sido opacada, ahora solo quedan recuerdos del triste ayer, solo quedan los restos del barco que nunca se hundió, así como nunca algo se logro. El destino, peor enemigo del tiempo y la distancia, los cuales a su vez dividen 2 caminos unidos por una razón.
Al parecer, este será el fin, todo se muestra perdido sin antes haber sido hallado; sus lagrimas mojan el espacio oscuro que los separa, disipando el obstáculo eterno, pero al mismo tiempo mostrando un posible rayo, que muestra la calidez de sus corazones.
El solo envía a un mensajero, a aquel lugar donde ella esta, pero nadie puede asegurar que el acepte; ¿pero el que podría hacer en un lugar como su hogar? Solo respirar y esperar en su lecho la hora final. El acepto, se dirige hacia ella, mientras el chico le apunta el lugar de si destino sin ni siquiera verlo, ya que si lo haría, su rostros crearía un diluvio sobre sus manos destrozadas por la desesperación de un adiós, sin un que tal.
Sus palabras antes de que desapareciera en la oscuridad el pequeño mensajero, fueron... dile adiós y no regreses, creo que eso escuche, mientras su voz se quebraba de tal forma que en mi pecho pude sentir un vacío tan grande, que ni siquiera el recuperar lo perdido y lo deseado lo llenarían.
Recuerdo esa noche, todos los ángeles se destrozaron las venas al escuchar los lamentos de aquel loco desesperado por la necesidad de una mujer... |